Es difícil plantarse frente a la figura de Isabel Espín y no hincar rodilla en reverencia. Artista clave del primer indie nacional de los 90 comandando la banda Iluminados junto a, entre otrxs, sus hermanas Ana y Carmen, no abandonaría la música tras su disolución, adentrándose en la experimentación y la potencia de las guitarras y los sintes. Los talentos de Iluminados se metamorfosearían en diferentes proyectos, esenciales para entender la escena alternativa de la región: Artistas Desconocidos, Musidora, Ochiqueochenta o a quien hoy entrevistamos como alter ego de Isa: Isbell. A horas de una nueva edición del Ruidismo más extraño, preguntamos a Isbell sobre el giro electrónico de su música, pero también sobre sus otras pasiones: el teatro y la performance, la creación del Festival Independiente de Bullas, (celebrado entre 1993 y 1998 y en 2003), cuya intención era dar la oportunidad de tocar en directo a bandas jóvenes, o abriendo con Emilia Gil la librería «En las nubes«, un local cultural precioso y necesario en su Bullas natal. No son pocos los retos a los que parece gustar arrimarse esta enamorada de saltarse los límites de lo convencional en cuanto a etiquetas, géneros y todo lo que suene a aburrido. Un honor poder entrevistar hoy a Isa Espín, Isbell, y que nos haga la boca agua con lo que tiene preparado para este querido festi. ¿Te vienes?
Formar parte de una de las bandas legendarias del indie pop nacional no te ha eclipsado como artista con nombre propio. ¿Te sientes parte de eso, de la “historia musical de un país”?
Bueno, pues en lo vivido sí. Hemos formado parte del movimiento que se denominó «indie», fuimos semilla en un terreno que estaba por abonar y que ahora es todo un vergel.
¿Cómo fue comprobar que esa legión de fans sigue ahí, como se vio en el 25 aniversario de “Disco de papel” en Molinos del Río en 2019?
Tocar siempre es muy emocionante y si lo hago con Iluminados mucho más. Siempre me sorprende la buena acogida que tenemos y siento que las canciones no tienen ni edad ni tiempo. No se pasan. Y volver a reencontrarnos todos juntos con nuestros amigos fue lo mejor.
¿Cuándo sentiste que querías hacer algo diferente a tu trabajo en la banda?
Fue por necesidad. La banda se quedó por el camino y yo me marché a Madrid. Así que decidí quedarme con el nombre con el que firmaba mis trabajos musicales para teatro y performances y seguir explorando por los caminos del pop y la música electrónica. Soy muy inquieta y autodidacta y aprendí a programar mis bases y a grabar mis composiciones y esto me permitía tocar sola y continuar hacía adelante. Me costó estar sola, pero a la vez me daba mucha libertada creativa. A veces hacemos las cosas porque tenemos que sacarlas como sea y eso hice.
¿Qué buscas ahora en tus composiciones, actuaciones y pinchadas como Isbell?
En mis composiciones me gusta experimentar mucho, mezclar estilos y sonidos, pero ante todo busco la belleza y la emocionalidad. En las actuaciones y pinchadas busco conectar con el público, que pueda disfrutar con mis propuestas, que no se aburran. En las pinchadas siempre pienso en temazos que me encantan y emocionan, los que te hacen bailar sin parar. Por ejemplo, en este Ruidismo 2021 tan distinto he cambiado la pinchada por un directo con canciones que he hecho durante toda mi carrera. Con la gente sentada no me veía pinchando, así que he invitado a mi hermana Carmen que lo toca todo y ha pasado por varios grupos: Iluminados, Ochiqueochenta y Fantasmamidi y estamos preparando un directo con temas escogidos especialmente para este festival post-apocalíptico.
¿Qué corrientes o artistas te interesan y te inspiran más en la actualidad?
El cine y la literatura son mi gran fuente de inspiración. Directores como David Lynch o John Waters, los monstruos de la Universal y la Hammer. El Surrealismo y el Collage también son referentes. Musicalmente las bandas sonoras me han servido de inspiración para mis proyectos más íntimos y la electrónica con melodía, o como dice Ahidée @darkyfiregirl, la electrónica melódica, la que nos cantan. Melodías para cortarse las venas con una buena base de drum y bass.
El teatro y la performance son otras de las disciplinas que practicas. ¿Cómo empezó esa pasión?
Desde niña ya jugaba a que tenía un grupo, soñaba que tocaba el piano, la escoba era mi guitarra y el cepillo del pelo era mi micrófono… en casa la música es fundamental. A mis padres les encanta bailar, adoran la música y eso nos lo han transmitido. De pequeña planeamos que de mayores tendríamos un grupo y lo hicimos. Luego estudié Arte Dramático Musical en la ESAD y acabé enamorada de las artes escénicas en su totalidad. Tanto delante como detrás del telón. Para mí es un juego muy divertido.
¿Qué te aporta personalmente y cómo se diferencia (o no) estar en el escenario como música a como actriz?
La primera vez que hice una obra de teatro tenía 16 años. Hicimos Bernarda Alba. Al terminar y sentir los aplausos del público sentí algo muy fuerte. Como despertar de un sueño. Eso no lo he sentido nunca con otras disciplinas. Con el tiempo me he ido especializando en las artes escénicas y me gusta más estar detrás del escenario, dirigiendo, escribiendo obras o haciendo el espacio sonoro. Me siento más protegida y me fascina muchísimo crear algo de la nada y que se materialice. Es como hacer magia. Con la música en directo, como cantante, me siento más expuesta y me cuesta más enfrentarme a un público. Soy muy tímida y es una sensación de vértigo que, aunque hayan pasado los años no termina de irse, pero a la vez es emocionante poder expresar todo lo que llevo dentro y cantarlo; es muy terapéutico y liberador.
Por si vivir de la música no fuera lo bastante duro, también comandas la librería “En las nubes”. ¿Cómo fue la idea de abrir este tipo de local en la difícil era de la descarga digital?
Pues la crisis de 2008 nos rompió los esquemas. Me volví de Madrid, donde residía y conocí a Emilia Gil, mi compañera y socia y después de darle muchas vueltas decidimos abrir la librería. A las dos nos apasionan los libros y en Bullas no había una librería especializada ni nada mejor que hacer. Así que decidimos crearla. Estar «En las nubes» es lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo. Aunque todo el mundo nos decía que estábamos locas. Trabajamos muchísimo pero también tiene sus recompensas y estamos haciendo algo que nos gusta y nos aporta muchas alegrías.
¿Qué otro tipo de actividades o talleres realizáis allí y por qué queríais que la librería tuviera esa vida más allá de los libros?
La librería tiene dos espacios, uno para los libros y el otro donde realizamos los talleres de Música y Teatro, cuentacuentos, reuniones del club de lectura, presentaciones de libros, eventos para todas las edades y conciertos en pequeño formato. Vivimos en un pueblo y queríamos que dentro de la librería hubiera vida. Contacto con la gente. Una librería sola en un pueblo pequeño y con la competencia de Amazon y las grandes compañías online iba a ser muy difícil sacarla adelante. Así que todas las actividades son un complemento que nos ayudan a seguir abiertas y continuar nuestro trabajo creativo y lo mejor es que no nos aburrimos nunca. Ahora acabamos de estrenar nuestra web www.libreriaenlasnubes.es y esperamos que nos vaya fenomenal pues tenemos una selección de libros súper chula. Una ventana más al mundo exterior.
Precisamente este trabajo por la cultura parece más que necesario ante los nuevos movimientos homófobos y racistas que parece que cada vez campan con menos vergüenza por nuestras calles. ¿Qué papel crees que tienen lxs artistas y trabajadorxs culturales en este tema, cómo podemos hacerle frente desde nuestros medios y obras?
Visibilizando en nuestros canales que estamos en contra y que nos encontrarán siempre luchando enfrente de ellos. En nuestra librería siempre tenemos una selección de libros y cuentos infantiles dedicados a estas temáticas. Y desde nuestras obras normalizando la diversidad que tenemos los seres humanos. Pienso que la evolución del ser humano se dirige a amar a las personas, sin etiquetas, ni género. La educación juega un papel importante, aunque ahora los postulados de la extrema derecha intentan poner puertas al campo con su pin parental. Pero no lo conseguirán. Ni con sus discursos, ni con su violencia.
Del Lemon Pop al Ruidismo, no son pocas las alegrías que los festivales pequeños os han dado (y viceversa) en la región. ¿Qué experiencias recuerdas y te llevas de ambos eventos?
Muy buenas en ambas. Llenamos los dos conciertos y fueron apoteósicos. Vibramos todos juntos. Lo mejor es estar con la gente. Los reencuentros con los amigos en ambos festivales fue siempre lo mejor. Tocar con Iluminados siempre me emociona mucho, soy muy fan.
En cuanto a lxs artistas de la región, ¿con quién te gustaría colaborar si tuvieras ocasión, y cuáles nos recomiendas no perdernos?
Pues me gusta el trabajo de Susana López, Susan Drone, me parece súper interesante todo lo que hace. David Gracia, Fur voice , también está entre los artistas que sigo y me gustan sus propuestas y Salva Alambre o Selu Herraiz que son artistas sonoros que experimentan con los sonidos y los espacios. Y en el apartado de Spoken Word me gusta Laura Sam y su activismo. Ahora estoy En las nubes, pero siempre estoy abierta a las colaboraciones si el tiempo lo permite y la propuesta es interesante.
En cuanto a las recomendaciones hay un grupo de músicos en Bullas que hacen cosas muy buenas. Alfonso de Miguel, Maxi Caballero, Jesús Caparros y Marcos García. Tocan juntos y también tienen sus propios proyectos en solitario. Recomiendo que los conozcan y los sigan.
Abres la edición post-pandémica de este nuevo Ruidismo jugando en casa. ¿Qué sensaciones previas tienes?
Estoy súper nerviosa y emocionada al mismo al tiempo. Aunque desde que mi hermana aceptó tocar conmigo lo llevo mejor. Por otro lado, es muy emotivo porque hemos invitado a nuestros padres y estarán allí todos los amigos y familia, que después de lo mal que lo hemos pasado con la pandemia es un regalo que podamos seguir compartiendo la música juntos.
¿Las ganas podrán al “bajón” de disfrutar de la música en una “pista de baile sin baile”?
Si, estoy preparando un directo que me parece bonito. Versionando algunos temas al formato mesa camilla. Espero que la gente disfrute y se deje llevar por la buena onda. Seguro que lo vamos a pasar genial. Por lo menos vamos a estar en chicha y podremos mirarnos a los ojos sin pantallas de por medio. Larga vida a las reuniones de amigos con buena música en directo.