No ha podido ser casualidad que lleguemos a nuestra artista de hoy en un mes tan mágico como octubre. Ecos de espíritus de Samhain, noche que se adentra con el cambio de hora y, para las más terrenales, ese momento no menos paranormal en el que en Murcia vas a poder lucir (al menos durante quince días) esa chaqueta de entretiempo entre los 40 grados y la llegada de las heladas. La suerte esta vez nos llega a través de los pinceles, con una ilustradora que ha conseguido hechizar hasta a las más escépticas de esta casa: Teresa de Aranda, nacida en Cádiz y caravaqueña de raíces y corazón, es la protagonista de nuestra entrevista. Con la excusa de su obra más reciente, un maravilloso y cuidado set de cartas de tarot personalizado que ya podría ser una exposición portátil de su obra en sí, hablamos con ella sobre arcanos y astrología, pero también sobre arte e influencias, feminismo y maternidad, y sueños, de esos que viajan en nave del misterio y que son esencia en su obra. De Aranda encuentra la manera de contar una pequeña historia en cada una de sus piezas, donde el blanco y negro impera con una elegancia siniestra y magnética, con melancólicos niños, sensuales y poderosas mujeres y místicas criaturas como guías de un seductor mundo al que se nos invita a entrar dejando en la puerta los aburridos prejuicios de la realidad. Hoy nos vamos a contar cuentos por el luminoso sendero oscuro de la mano de Teresa de Aranda.

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 ¿Cuándo empieza tu dedicación por el dibujo?

En mis primeros años de vida, en los que prácticamente todos dibujamos y mostramos cierto interés por esta actividad.

Como fui una niña de los 80, crecí viendo series y programas como Planeta imaginario, La bola de cristal, Dragones y mazmorras… el videoclip Lullaby de The Cure me dejó súper loca con apenas 4 años. Todos estos contenidos los sentía fascinantes y estimulaban poderosamente mi imaginación, pero creo que el mismo sistema es el que se encarga de extirpar este desarrollo creativo y por tanto el potencial como si fuera una especie de apéndice que no sirve para mucho. En mi caso no han existido etapas de mi vida en las que el dibujo no haya estado presente. No es mi apéndice pero sí mi estómago; gracias a él, he podido digerir situaciones límite de mi vida.

Al formarte en estudios superiores como Bellas Artes, ¿encontraste lo que esperabas? ¿Hay algo que eches de menos en la educación de las Artes en España?

Nunca terminé Bellas Artes, pero me gradué como Técnicx Superior en Artes Plásticas y Diseño en Ilustración por la Escuela de Arte de Murcia.

Si tengo que sacar una sola apreciación de mi paso por la Escuela de Arte, es buena, porque estaba llena de todo, de lo bueno y de lo malo, y eso te hace tener más recursos. Cuando decides utilizar esta vía para profesionalizar lo que sabes hacer, y más con la mochila que yo llevaba a mis espaldas, no hay opciones, lo que saques de ahí tiene que ser bueno, y eso depende de ti.

Pero sobre todo he echado de menos que nos preparen para la vida real. Las prácticas de empresa son al fin y al cabo un mero trámite para acabar, no suelen contratarte, no sueles formar parte de una plantilla de empresa como ilustrador, al menos ese concepto no existe en España. Todo lo demás es “la teoría”.

Eres tú, cuando sales, quién se encuentra en medio de un mar de competencias, decisiones…

 Siempre nos fascina el momento de encapsular una idea en una obra física. ¿Cómo sucede en ti ese proceso creativo?

 Primero tenemos que ver la naturaleza del trabajo, si es obra personal, un encargo…

En ambos casos hay un proceso de investigación previo que incluye conocer a fondo la idea  que queremos desarrollar, esto se convierte en el reto. Es fundamental tener la capacidad de terminar por plasmar aquello que tienes en tu cabeza.

El siguiente paso sería el “brainstorming“ , seleccionar y abocetar aquellas ideas que puedan terminar por definir de manera redonda el resultado. Por el camino sueles encontrarte formas de enriquecer tu trabajo e incluso dar alguna vuelta de tuerca sin perder de vista el objetivo.

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¿De dónde surge la inspiración?

Trabajando, las musas son más cabronas que otra cosa, criaron fama y echaron a dormir, no suelen ponértelo fácil. La no procrastinación en este trabajo es la clave.

Y a la hora de crear, ¿lo tomas como un trabajo constante o eres más anárquica?

Constancia siempre, buscar en qué dirección quieres caminar, qué línea de trabajo podría definirte (aunque desde mi punto de vista esto es un poco lastre), practicar la rapidez y ser resolutiva, aprender a trabajar con una visión de conjunto, no olvidemos que la ilustración va ligada a un texto la mayoría de las veces.

¡Ojo! que yo la teoría la conozco, pero en esas estamos.

 Respecto a las técnicas que usas, ¿cuál es tu preferida?

La tinta china, el grafito o el carboncillo me fascinan aunque últimamente estoy a tope con las técnicas digitales que emulan lo analógico.

 Uno de tus últimos trabajos son unas cartas del tarot impresionantes, donde pones tu particular estilo al servicio de la reinterpretación de los clásicos arcanos. ¿Cómo se te ocurrió esta idea?

Todos los años se realiza un reto a nivel global llamado “Inktober” que consiste en subir una ilustración a tinta por día durante el mes de octubre. Quise embarcarme en este proyecto a modo de entrenamiento, para practicar como decía antes aquello de la fluidez, el ser resolutivo y entrenar la imaginación. Me ayuda también a alejar el estrés y compensar con otras tareas menos agradecidas.

Lo mejor de todo es convertir algo que te gusta en un proyecto viable, por eso decidí escoger el tema tarot, tiene todos los ingredientes con los que me gusta condimentar mis ilustraciones, como lo misterioso o lo esotérico.

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¿Qué tienen de especial estas cartas?

Creo que por mucho que tratemos de interpretar  una serie de simbologías ya existentes, en cuanto queremos hacer una pequeña variación dentro de un universo tan subjetivo, terminamos por hablar de nosotros mismos. Creo que hay mucho de mi mundo interior ahí que junto con mi lenguaje gráfico las hacen inevitablemente diferentes.

He encontrado una lectura diaria en mis cartas que tenían que ver con acontecimientos que me iban sucediendo según las ilustraba, ¿casualidad?.

¿Por qué crees que hay cierto revival con los arcanos y la astrología, qué puede aportar a un artista?

Yo creo que tal vez sea esa necesidad de ir en búsqueda de la espiritualidad frente a esta vida rápida y absorbente en la que nos movemos.

A mi, personalmente, trascender a un mundo menos material me da más libertad como artista. No hay límites.

 Se habla más que nunca de las dificultades de conciliar trabajo y maternidad, pero ¿qué pasa si el trabajo es crear arte?

Mi caso ha sido el siguiente: soy una mujer, madre desde hace 16 años (fui madre con 22) que cría sola a sus dos hijas durante 9 años, con nula presencia de la figura paterna que colabora económicamente con el mínimo estipulado por ley. Tiempo de dedicación íntegro para mí con todo aquello que implica ser madre. ¿He podido conciliar? NO.

Si el trabajo es crear arte o aprendes a sacarle partido a tu bajonazo o poco vas a poder hacer, porque las circunstancias no te invitan a estar pletórica todos los días y el sistema tampoco ayuda a que la cosa mejore.

He podido estudiar, acudir a eventos, hacer exposiciones y trabajar porque he tenido una familia que ha contribuido a ello (factor suerte), he aprovechado horarios de colegio para sacar encargos y tengo dos hijas que conocen mis necesidades; he querido hacerlas entender que necesito de mi espacio, que no voy a ser la gran olvidada, las tres somos importantes.

Trato de trazarme unos hábitos inalterables, aunque en la práctica esto es mentira, eres como un blandiblub que se amolda inclusive en horario de trabajo a múltiples cambios de última hora mientras te lamentas como jefa de tu propia empresa.

 A todo esto se le llama supervivencia.

Por fortuna mis circunstancias van cambiando y ahora todo es algo más confortable.

Como madre, ¿han cambiado tus hábitos, tus fuentes de inspiración o incluso tu estilo a la hora de crear?

En mis referentes hay más presencia femenina y en mi estilo solo hay evolución.

¿Se diluye entonces la artista en los cuidados, o se engrandece?

Hay días para todo, pero el final siempre es sobreponerse y además la maternidad es muy inspiradora.

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 Muchos ilustradorxs echan de menos una profesionalización de su trabajo, incluso se han viralizado campañas del “yo no trabajo gratis”. Desde tu experiencia, ¿crees que seguimos sin tomarnos en serio esta profesión?

Como ya he contado antes, por mi experiencia de vida, no me avala una carrera muy dilatada en el tiempo, pero creo que efectivamente, al menos en la escala en la que yo trabajo por el momento, hay muchx cara dura intentando colártela, acabas con un detector de larga distancia. Es parte de tu trabajo rechazar todo aquello incompatible con la dignidad de esta profesión.

 La ilustración como profesión, por otro lado, es bastante desconocida cuando sales de estos círculos aún estando todo lleno de ilustraciones preciosas en libros, posters, vajillas, bolsos, camisetas, prensa, envases… cualquier cosa se convierte en un objeto deseable gracias a ella.

Aún hay personas que creen que los diseños aparecen ahí como las caras de Bélmez.

¿Qué deberían cambiar empresas, entes públicos (e incluso esxs amiguetxs que te piden el favorcillo, “tú que dibujas”), para darle valor a vuestro trabajo?

Que haya recursos económicos dignos que ofrecer, que con la visibilidad no puedo pagar facturas.

También hablar sobre la autoría de los artistas.

 Formas parte de la Asociación Ikigai, un nuevo colectivo feminista que nace en Caravaca. ¿Cuáles son sus objetivos?

Soy parte de esta asociación de mujeres de Caravaca desde que se fundó, varias amigas y conocidas me propusieron formar parte. La motivación estaba clara, no existía una organización parecida que arropara y protegiera a las mujeres de nuestra localidad. Es bueno hacer ver a otros grupos de personas más vulnerables que el power no está solo en la tele o en las redes, si no que cada vez tenemos más presencia, que cada rincón del planeta importa, que todas las mujeres del mundo importan.

Ikigai es un concepto japonés que significa “razón de ser” buscar un propósito en tu vida, y ese es nuestro Ikigai, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Queremos lograrlo a través de actividades culturales como clubes, charlas, talleres, presencia, reivindicación…

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Como artista, ¿crees que es importante hacer activismo desde la obra propia o son ámbitos que deben separarse? 

Creo que es libre, pero a mi me parece que poner al servicio de esta lucha una de las cosas que mejor sabes hacer como herramienta reivindicativa es muy poderoso. Yo quiero hacer a mi profesión partícipe de este cambio de paradigma que está por llegar.

Barriendo para casa, ¿qué mujeres artistas admiras o nos recomiendas no perdernos?

Os recomendaría una larga lista de mujeres, porque es difícil decantarme por una pequeña selección, pero ahí van: Virginia Mori crea una tensión magistral a través de unos escenarios sencillos hechos a bolígrafo, Ana Juan me fascina, hace años que descubrí a Johanna Concejo y a sus historias bucólicas de mesa camilla, de Beatrice Alemagna me encanta su juego con lo plástico, es divertido verla trabajar. Angela Dalinger y su Art Brut… no sé, podría seguir durante horas.

¿En qué próximos proyectos estás trabajando? 

Me encuentro trabajando en un cuento infantil, fue mi proyecto final de ilustración, que por cierto quedó finalista en los premios Albert Mestre 2020 cuando solamente era un esbozo de libro ficticio que también está escrito por mí. Ahora lo he rescatado para redibujarlo y hacerlo más mío, con toda la libertad que merece (estaba tutorizado en su momento).

Y si tuvieras la oportunidad, ¿con qué artistxs (de la región o fuera) te gustaría trabajar?

A ser sincera no tengo predilección hacia artistas concretos, estoy manejando tanta información ahora mismo que sólo me centro en lo que puedo hacer en este momento pero estaría encantadísima de poder compartir con artistas locales proyectos comunes, además, es muy guay ver el nivel que está adquiriendo la escena artística en esta ciudad.

Por supuesto abiertísima al mundo y a todxs lxs creadorxs.

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*Todas las fotos e ilustraciones obra y autoría de Teresa de Aranda.