«Los que quieran entender a las mujeres beat deberán considerarlas de transición: un puente a la siguiente generación, la que en la década de los sesenta -cuando el derecho de la mujer a irse de casa de sus padres ya estaba fuera de toda discusión- cuestionaría todas las ideas preconcebidas que limitaban la vida de la mujer y asumiría la larga tarea jamás acabada de transformar las relaciones con los hombres». La escritora estadounidense Joyce Johnson, autora de «Personajes Secundarios», define así el periplo que estaba a punto de comenzar dentro de un movimiento outsider que, casi sin quererlo, iba a silenciar sus voces durante décadas. La generación Beat, el fenómeno de contracultura por antonomasia en la década de los 50, encontró finamente reconocimiento para autores como Kerouac, Ginsberg, Cassidy, Corso o Solomon, todos hombres, que la historia ha llevado de la marginalidad a la leyenda. Sin embargo, en ese mismo lugar y momento, también hubo artistas, mujeres, que desarrollaron una obra propia. ¿Dónde están esas artistas en los libros de literatura? Tras la antología de poetas «Beat Attitude» de Annalisa Marí Pegrum (Bartleby, 2015) que ya os reseñamos aquí,  hoy os presentamos «Female Beatness. Mujeres, género y poesía en la generación beat«, de Isabel Castelao-Gómez y Natalia Carbajosa Palmero (PUV) , el primer acercamiento crítico en el mundo académico hispano a las poetas y artistas. Y no solo eso: las autoras forman parte del festival Deslinde 2019 y este sábado presentarán su libro en Cartagena junto con al dúo jazzístico Santos & Mondéjar. Nosotras, para celebrar tanta emoción, les hemos hecho una pequeña entrevista para aprender, homenajear y disfrutar de estas mujeres creadoras que por fin, tienen su sitio en la historia.

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Isabel Castelao-Gómez y Natalia Carbajosa Palmero

Hoy nuestro webzine cuenta con dos de las voces más expertas en este apasionante tema. Isabel Castelao-Gómez (Madrid, 1974) es doctora en Filología Inglesa especializada en estudios de género y culturales, crítica literaria feminista y literatura estadounidense escrita por mujeres. Ha investigado en profundidad a Mina Loy, las maternidades subversivas o la «affect theory» y además está terminando su segundo libro de poemas. Natalia Carbajosa (El Puerto de Santa María, 1971), doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca, es escritora y profesora de inglés en la Universidad de Cartagena. Traductora e investigadora, es autora de varios libros de poemas y ha colaborado incluso con músicos, astrónomos y otras artistas en el desarrollo de sus propias creaciones. Con «Female Beatness» han logrado redactar un profundo análisis crítico y a la vez literario, destacando autoras como Elise Cowen, Diane di Prima, ruth weiss y Denise Levertov, publicando una obra imprescindible en las bibliotecas de estudio y disfrute.

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«Mis ganas de estar con él siempre se imponían a mis ganas de estar frente a la máquina de escribir», recordaba Joyce Johnson en sus galardonadas memorias «Personajes Secundarios» acerca de su relación con Kerouac. En San Francisco, el pintoresco «Beat Museum» dedica UNA estantería a las autoras del movimiento. Locura, autodestrucción, suicidio y maltrato histórico han sido algunas de las cargas de las artistas beat en su legado. Gracias a obras como esta, y a nuestro interés en seguir leyéndolas, ya nunca más.

¿Cómo surge la idea de escribir este libro? ¿Por qué os interesáis por el movimiento beat desde el punto de vista de las autoras?

NC.: Isabel y yo solíamos coincidir en los congresos de Filología Inglesa porque siempre acudíamos a los paneles de poesía, que son absolutamente minoritarios frente a otras disciplinas. También nos unía el hecho de que las dos somos poetas y traductoras de poesía. Isabel llevaba ya años trabajando en las mujeres de la generación Beat, yo por entonces seguía la pista de distintas autoras angloamericanas del siglo XX, con especial atención a las poetas experimentales. Cuando vi lo que estaba haciendo Isabel me interesó mucho y, cuando me propuso hacer este trabajo juntas, acepté sin pensar.

IC: Siempre me ha atraído visibilizar a poetas desconocidas (parte del objetivo de la ginocrítica feminista) y hace mucho lo hice con Mina Loy, quien ya estaba redescubierta en EE.UU. pero no aquí, y la traduje por primera vez al castellano con Torremozas. El siguiente descubrimiento importante para mi fue Elise Cowen,  y empecé a escribir sobre ella, me  parecía curioso que casi no tuviera crítica sobre su trabajo. A partir de ahí, encontrarme a las Beat fue maravilloso, ya que aúnan experiencia y experimentación, una combinación que me interesa mucho pero que no siempre es fácil de encontrar como elementos bien avenidos en poética. Desde el momento en el que vi que estas autoras los utilizaban a la par de forma natural, supe que quería hacer un libro sobre ellas. Natalia es una experta en poética experimental de mujeres y sabía que su aportación sería muy valiosa. Trabajar juntas ha sido estupendo y creo que no siempre sucede, así que me siento afortunada.

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Las autoras que fueron silenciadas, ¿tenían algo en común? Que no formaran parte de la antología literaria hegemónica, ¿tiene que ver por etiquetarlas dentro de la marginalidad de ser, además de mujeres, de descendencia inmigrantes o defensoras de derechos LGTBI?

NC: No, no creo que tenga que ver con nada de eso, ni ellas eran conscientemente defensoras de nada. Simplemente, se atrevieron a priorizar su deseo de ser artistas frente a las escasas opciones que la América de los 50 ofrecía a las mujeres de clase media. Tampoco se trata de que fueran “silenciadas” a propósito: no se esperaba que estuvieran en primera fila, no existían precedentes; el núcleo duro de la generación Beat, profundamente masculino, sólo concebía la mujer como compañera sexual y poco más. Ellas se fundieron de lleno con las vidas de ellos, hicieron su camino a pesar de la falta de atención externa, y toda teorización al respecto es posterior a sus propios ciclos vitales.

IC: Sobre los aspectos en común cabe destacar que la mayoría de poetas Beat, blancas de clase media alta, abandonó sus casas familiares bien jóvenes, apostando por sus vocaciones artísticas y literarias, conscientes de los peligros y desventajas que ello conllevaba, frente a las expectativas y estereotipos sociales de género que se imponía sobre la feminidad de la época de madre y esposa. Todas las poetas se adscriben a una desnudez del yo y espontaneidad expresiva (en diferentes grados) y esto era muy novedoso para poetas mujeres; tienen una voz poderosa sin complejos de autoridad, que conecta perfectamente con nosotras en el siglo XXI; esto no se había dado antes y sólo se retomará ya definitivamente en la poesía de mujeres de los 70. Ellas fueron las pioneras, siguiendo los pasos sin saberlo de las Modernistas en lengua inglesa de las primeras décadas del siglo XX. Otra cuestión en común es su preocupación por las relaciones heterosexuales en las que se pudiera encontrar entendimiento, equilibrio y equidad. Este aspecto no era muy prioritario en los autores Beat. También comparten la búsqueda de resolución entre vivir mujer y ser poeta, es decir, no cancelar las experiencias femeninas (por ejemplo, la maternidad) para convertirse en escritoras, ni dar la espalda a su deseo creativo por ser madre o compañera sentimental de nadie.

Por lo que habéis podido investigar, ¿cómo creéis que fue la relación de estas autoras con sus coetáneos masculinos? ¿Se menospreciaba la obra de las autoras mujeres dentro del movimiento?

NC: Creo que te he contestado parcialmente en la pregunta anterior. No se las tomaba en serio, pero no por una razón premeditada, era “el espíritu de la época”, por así decir. Había que construir todo de cero. Y salvo personalidades absolutamente resueltas como di Prima, a la mayoría le costó mucho tiempo creer en su propio talento, compartirlo, defenderlo, como explica muy bien Hettie Jones en sus memorias. La siguiente generación de poetas Beat, la que encarna Anne Waldman, ya lo tuvo mucho más fácil en cuanto a su propia autoestima y el respeto de sus compañeros de generación. Era cuestión de tiempo.

En el caso de Elise Cowen, ¿qué os llamó la atención para destacarla en vuestra investigación? ¿Fue su obra o también la forma de vivir su vida lo que la hacía parte de esa “beat generation”?

IC: Elise Cowen es mi favorita porque es sólo gracias a Tony Trigilio, quien publica en 2014 Poems and Fragment, que podemos disfrutar de un corpus poético al menos para disfrutarla y estudiarla. Nos interesaba cómo representa el lado oscuro, los peligros reales y en su caso experimentados, de intentar salirse del molde de la feminidad imperante, como le pasa al personaje ficticio de Judith Shakespeare en Una habitación propia. Mis intereses eran varios: investigar su riqueza textual frente al mito que se construyó en torno a ella de la poeta suicida y amante de Ginsberg; revelar la colonización autoral que sufre su obra desde sus amigos escritores y la hegemonía masculina del canon del movimiento; estudiar la política cultural en relación a la enfermedad mental, la locura y la creatividad, vistas de forma muy distinta en relación al género; y desmenuzar la particularidad de su poesía, original dentro de las Beat en tono e influencias, por eso la hemos bautizado como la “hípster dickinsoniana” por la influencia que tiene de Emily Dickinson.

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Diane di Prima pone en visibilidad los movimientos más allá de la literatura, la multidisciplinariedad del beat. ¿Qué hacía de su obra algo especial?

NC: Para mí, su ejemplo es el contrario al de Cowen, esto es, la perfecta fusión entre vida y obra con relación a sus logros (“perfecta” no quiere decir paradisíaca ni mucho menos). Y eso se nota en su obra. Di Prima es una suerte de poeta de poetas.

IC:  A. Robert Lee la define como una todoterreno, y es verdad, su obra abarca una evolución estilística rica y compleja que refleja su evolución personal, desde la experimentación vanguardista influenciada tanto por el romanticismo de Keats y su mentor Ezra Pound, hasta una espiritualidad y mística de la que bebe su poética más madura y que confía en el flujo de visiones, el ejemplo máximo de ello es su trilogía épica feminista Loba. Di Prima no deja de crecer y todo su aprendizaje lo vuelca sin tapujos en su poesía en una suerte de regalo u ofrenda para la que la lee. Aún sigue publicando.

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A ruth weiss se la conocía como “la poeta del jazz”. ¿Qué relación tenía este estilo con la poesía beat? ¿Qué significó para la obra de weiss?

NC: El jazz es consustancial a la poesía Beat y a la voluntad de llevar los recitales a las calles y a los bares, sacarlos de los entornos académicos cerrados, retomar la oralidad, la musicalidad, la espontaneidad. La mayor aportación de ruth weiss es que empezó a hacer esto por su cuenta ya en la década de los cuarenta y ha seguido haciéndolo hasta hace muy pocos años.

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 Denise Levertov vio influenciada su obra por el activismo feminista y anarquista. ¿Era algo común en las autoras?

NC: Esa afirmación no es del todo exacta. Levertov nunca quiso sumarse al feminismo, su activismo giró en torno al pacifismo. Tomó una postura pública muy clara respecto a la guerra de Vietnam y escribió varios poemarios sobre ello, atreviéndose, eso sí, a adoptar ese tono de poesía política en el que pocas mujeres, por no decir ninguna, se atrevían a incursionar. Pero no quiso figurar en antologías feministas ni alinearse en sus presupuestos. En cuanto a su supuesto anarquismo, también es discutible. En sus ensayos sobre poesía ataca a la poesía contemporánea por su “ausencia de forma”. Ella busca, tanto en la ética como en la estética, un patrón determinado. En todo caso, afirma que «la analogía más cercana» entre las formas cerradas (por ejemplo, un soneto) y las abiertas (las de la inmensa mayoría de los poemas escritos a partir del siglo XX) es «la de las leyes de la conciencia contrapuestas a las leyes del Estado», si es que se le quiere buscar una aseveración anarquista.

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Personalmente, ¿qué autora o personaje artístico de la época es vuestra preferida y por qué?

NC: A mí me encantan Joyce Johnson y Hettie Jones, que no están en nuestro libro porque no fueron poetas sino, principalmente, novelistas y memorialistas. Sus libros son maravillosos. Pero también me atraen mucho las figuras de di Prima y weiss por su vitalismo, así como el rigor intelectual de Levertov, y que se atreviera a disentir hasta de lo que a priori le hubiera convenido más. Hacia Cowen siento un profundo respeto, y la rabia de que su vida se truncara tan pronto.

IC: En mi caso las dos poetas a las que he dedicado mucho tiempo y sobre las que escribo en el libro, Cowen y di Prima, pero de di Prima me interesa en particular sus comienzos y su poesía temprana por el arrojo y determinación que reflejan.

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 Hacéis una última mención a que no solo hay que llamar la atención a la generación beat, sino que durante décadas los principales movimientos literarios, incluso en España, han borrado a las escritoras de su historia. ¿Qué casos os resultaron más llamativos cuando seguisteis investigando?

NC: Yo he trabajado recientemente sobre la poeta Lorine Niedecker, injustamente olvidada bajo el peso de los poetas objetivistas “oficiales” en la América de los años 30. Es un caso de poesía singularísima y subterránea hasta límites insospechados que me sigue intrigando.

IC: En mi caso, como ya he dicho, resaltaría el caso de Mina Loy dentro del Modernismo experimental anglosajón, que ahora ya es conocida pero por toda una labor de rescate que se llevó a cabo en los noventa. Estamos en un momento en el que esta labor de “desilenciación” por parte de la crítica literaria feminista está siendo valorada, visible, demandada y muy fructífera, aunque ya se llevaba realizando sin tanta publicidad desde los 70, por ejemplo en el caso de El Despertar de Kate Chopin, obra sepultada en el olvido desde el siglo XIX y ahora un referente.

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¿Creéis que finalmente se les está dando un reconocimiento o siguen tratando a estas autoras como “menores”? ¿Cómo podemos difundir su legado como investigadoras, periodistas o lectoras?

NC: Creo que ya no hay razones para considerarlas “menores” y, si así se afirma en algún ámbito, suena como algo fuera de lugar. La mejor manera de difundir su legado, sin duda, es leyéndolas.

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*Foto de portada: Diane di Prima

*Agradecemos a las autoras su tiempo para esta entrevista y a Laura Maza de Musubi por hacerla posible. ¡No te pierdas el evento dentro del festival Deslinde! Aquí te dejamos toda la info:

SÁBADO 16 NOVIEMBRE 19:00 h
RECITAL-CONCIERTO
FEMALE BEATNESS. MUJERES, GÉNERO Y POESÍA EN LA GENERACIÓN BEAT ISABEL CASTELAO y NATALIA CARBAJOSA
Universidad de Valencia, 2019
Intervienen: Isabel Castelao y Natalia Carbajosa
Presenta: A. Robert Lee
Músicos: Santos & Mondéjar
Sabemos que hubo varias mujeres dentro de la Generación Beat. ¿Pero qué implicó realmente ser beat en clave femenina? ¿Cómo fueron las vidas bo­hemias y la literatura transgresora de estas mujeres? ¿Quiénes fueron Elise Cowen, Diane di Prima, Ruth Weiss y Denise Levertov? El ensayista británi­co A. Robert Lee y las traductoras y poetas performáticas Isabel Castelao y Natalia Carbajosa presentarán el libro Female Beatness: Mujeres, género y poesía en la generación Beat, publicado por la Universidad de Valencia. Más que una presentación al uso, será un concierto-recital en el que se Leerán en formato bilingüe versos beat de cuatro autoras al compás de Los vientos y las percusiones del dúo jazzístico Santos & Mondéjar.
Athenas Club. C/ Cuatro Santos, 24
Entrada libre