Editorial Contra nos regaló este año la traducción y publicación del libro “La Venganza de las Punks” de Vivien Goldman. Maritxu Alonso ha tenido la suerte de realizar una conexión directa con Jamaica, el lugar donde la autora se encuentra pasando el confinamiento, y conversar con nuestra querida maestra. Estaba intrigada por atisbar más allá de la superficie de tantos temas que la habían tocado por dentro y poder intercambiar sus impresiones con confianza. Tras los saludos de rigor, se sumergieron rápidamente en una interesante conversación alrededor de feminismos y punk. ¿Te unes a nosotras?

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Vivien Goldman

 Maritxu Alonso: Las punkis llevábamos décadas clamando por la escritura de una historia feminista de nuestra contracultura y finalmente has venido a regalárnosla, querida Vivien. ¿Eres consciente de la importancia que cobra tu libro para cientos de mujeres –entendiendo este concepto desde una identidad inclusiva– que existíamos sin una validación pública?

Vivien Goldman: Estoy muy contenta con tu comentario porque ese era mi sueño. Esperaba escribir el libro que hubiera deseado leer cuando estaba empezando. En mi caso, había menos posibilidades de ser música que de ser escritora, así que cantaba e inventaba canciones pero nunca me lo planteé en serio hasta que encontré mi comunidad de hermanas musicales punkis como The Raincoats, The Slits y Neneh Cherry, y hermanos como Adrian Sherwood y David Cunningham, quienes me invitaron a hacer coros de reggae y luego, a unirme a los Flying Lizards. Esperaba que este libro, aunque no fuera una historia completa del movimiento feminista, posibilitase otorgar a la juventud soñadora una especie de plantilla y un estudio de varias carreras profesionales y artísticas para que pudieran: A) Atreverse a soñar, y B) Tener una idea de cómo podrían hacer realidad estos sueños.

MA: Me imagino que ha sido un largo proceso de investigación, contacto y entrevistas con todas las protagonistas. Ya que los cuidados son una parte muy importante de los Feminismos que a menudo queda invisibilizada y desvalorizada, me gustaría saber los detalles acerca de qué metodología has llevado a cabo y cómo la has enfocado desde una perspectiva feminista.

VG: La experiencia personal de toda mi vida adulta se ha visto reflejada en la investigación aunque la escritura del libro me ha llevado dos años y medio. Mi metodología puede ser feminista por definición ya que soy feminista, pero esta es una perspectiva básica. La investigación es investigación y no estoy segura de que haya algo relativo al género en mi metodología, ¿a menos que desease sentir las verdades emocionales del sujeto, la convertiría eso en más femenina? No creo que necesariamente. Tras escribir una pequeña pieza para la revista Pitchfork, cuando incluyeron mi canción “Private Armies” en sus treinta y tres canciones claves del Punk Feminista, la Universidad de Texas me contactó para preguntarme si quería escribir un libro sobre mujeres y punk. Me apasionaba hacer algo global e inclusivo, de lo contrario no estaba interesada. Afortunadamente les gustó la idea, pero tenían mucho interés en las listas, y yo realmente no. Se me ocurrió la idea de hacer piezas de gran formato sobre temas que me parecían fundamentales para la vida y el arte de las mujeres, ¡que se construyeron alrededor de listas! Así que al final, todes felices. Estaba ansiosa por escuchar una verdadera cacofonía de voces de mujeres superpuestas, resonantes y contrastantes, y revelar nuestra gloriosa multiplicidad compleja, la unidad con fuerza en la lucha.

MA: Como bien relatas en tu libro, el punk ha sido un refugio inclusivo para muchas de nosotras, pero también un infierno. Por un lado, porque nos ha sido muy difícil ser independientes, creativas y activistas sin tener un legado del que aprender ni modelos que poder tomar como ejemplo; y por otro lado, por los obstáculos que los compañeros de nuestro propio entorno nos han puesto en el camino negando nuestra memoria y nuestras posibilidades de participación. Tu genealogía y tus palabras, sin duda, van a contribuir a la creación de una escena más sana, segura y cómoda para las nuevas generaciones punkis. ¿Era este tu objetivo desde el principio, crear las oportunidades inclusivas que tú no experimentaste?

VG: Bueno, tal vez ya respondí esto arriba. Lo que yo creo que es quizás ahora tengamos que esperar esos comportamientos o conflictos sexistas, pero de alguna manera, no dejarnos intimidar por ellos. Es entonces un enorme placer cuando encontramos almas afines y creamos nuestra propia tripulación. En lugar de que cada batalla nos agote, intentemos predecir, reírnos y casi saborear las luchas contra esas tristes y viejas actitudes territoriales, proteccionistas y despectivas, tan condescendientes como siempre. Si estás realmente comprometida, seguro que encontrarás de alguna manera un camino fructífero, sin importar los obstáculos que pongan en tu camino. Sabemos que están en el lado equivocado de la historia. Por ahora, cuanto menos esperemos que las cosas sean fáciles con la cultura patriarcal mayoritaria, y planifiquemos y ajustemos nuestra actitud en consecuencia (no se asusten, ¡actúen!), mejor y más fáciles serán nuestras vidas.

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MA: Comentas a la perfección todas las problemáticas a las que las mujeres* punkis nos enfrentamos como parte diferenciada de la comunidad. Si una parte del punk consiste en sentir cabreo, nosotras somos legítimamente punks pues nuestra existencia supone un enfado constante. Más allá de la simple visión machista que ha estigmatizado del punk como una contracultura directa, agresiva y contestataria, somos muchas las que estamos cansadas de estar enfadadas y estamos reivindicando el espacio de la ternura. ¿Cómo podemos otorgar la legitimidad que se merece el amor en nuestras vidas?

VG: ¡Todo el mundo merece amor! Puedes comprar sexo, pero es difícil encontrar el amor a pesar de la variedad heterogénea de citas en internet. Todavía es un milagro, pero ciertamente sucede, ya seas gay, heterosexual, ¡o lo que sea! Hay algunas hermosas y duraderas historias de amor en el libro, como las de Neneh Cherry, Jayne Cortez y Vi Subversa. Curiosamente, mientras Nene y su actual (segundo) esposo, Cameron McVey, han estado juntxs desde el principio de la década de 1980, Jayne y Vi vivieron como matriarcas tribales, con sus adorados ex maridos muy a menudo en su esfera (incluso viviendo en comunidad, en el caso de Vi) mientras forjaban relaciones exitosas con nuevos compañeros. Pero tienes razón, creo que el punk prospera con los conflictos extremos y fricciones, en lugar de con la ternura. ¡Me encanta la canción de Mo-Dettes “White Mice” que muestra a las chicas punk tan rampantes y firmes como los chicos! Pero hay muchos otros géneros musicales que pueden ser más expresivos de, digamos, sensualidad, que el punk. Y personalmente, aprecio que la sensualidad sea parte del amor. El punk es probablemente un pequeño coitus interruptus.

MA: Ser nosotras mismas nos ha supuesto una búsqueda obsesiva de identidad, una lucha contra las violencias y una relación obligada con el conflicto en todas sus formas. Muchas hemos permanecido presentes debido a nuestra terquedad personal, pero hemos observado preocupadas cómo otras compañeras han desaparecido de sus propios espacios ante tanta presión y exigencias sociales. Sin hacer un análisis de la tasa de abandono de las mujeres* en el movimiento, visualizo numerosos ejemplos en mi comunidad que fueron fruto de experiencias sistemáticas de desvalorización, acoso, violencias o decepciones vitales.

VG: Oye, se me ocurren muchas cosas al leer esta pregunta: traición entre cuadros políticos, abandono por parte de padres solteros, parejas abusivas… Si quieres, podríamos discutir esto más a fondo, pero para mí las líneas que he subrayado arriba hacen esto un poco ambiguo. ¿Qué es lo que tratas de decir? ¿Qué tal vez las mujeres abandonen los Feminismos por su miedo a ser vistas como poco atractivas por los hombres? Bueno, eso es triste e indica una suposición de que estas mujeres no pueden sobrevivir sin la protección de los hombres. Muchas mujeres construyen todas sus realidades en torno a los hombres, y siempre me ha parecido bastante aterrador, personalmente. Obviamente, hay ciertas asociaciones que realmente funcionan, ¡dicho esto! Nunca digas nunca. Pero cuando las parejas viven y trabajan juntas, puede ser bastante difícil si cualquiera de os dos aspectos se tambalea… y pueden surgir extraños egos y competencia, sorprendiéndote…

 MA: En relación a lo que te preguntaba anteriormente, considero que defenderse, disculparse y ocultarse es un ejercicio tremendamente agotador. ¿Cómo podemos parar estas violencias y apoyarnos unas a otras?

VG: ¿Por qué tenemos que defendernos, disculparnos y escondernos en situaciones que atañen nuestro género? ¿Por la desaprobación de la sociedad? ¿Por qué estas mujeres no se apoyan y se defienden? ¿Estamos peleando por carreras u otras personas? Entre mis amigas somos bastante honestas en nuestras discusiones y hay mucha confianza. Tal vez la cuestión es: ser amable pero cauteloso con personas en las que no puedes confiar, pero intentar crear hermandad con quien realmente puedas. Y tal vez, ser compasiva; cuando ves que la gente lo intenta y la caga, sus propias inseguridades generalmente son patéticamente deslumbrantes. Esas personas de mente cuadriculada y hostil a menudo terminan echándose a perder de todos modos.

MA: Los colectivos racializados, trans, gays, género fluido, trabajadoras sexuales o precarizadas continúan siendo doblemente punks puesto que se ubican al margen de los márgenes del movimiento. La escena, en vez de normalizar todas las existencias en una misma escena y comunidad, continúa creando reductos que operan de manera sesgada en diferentes espacios. En los carteles de los conciertos podemos ver cómo las bandas transfeministas continúan agrupándose en bloque para tocar y cómo las bandas de hombres cis continúan sin tenerlas en cuenta. ¿Cuándo crees que el punk se liberará de todos sus prejuicios y opresiones, vamos a estar presentes para vivir la explosión de la verdadera diversidad?

VG: ¿Cuándo, cuándo, cuándo las personas crecerán y se volverán reales y apreciarán nuestras diferencias? Estás haciendo una pregunta cósmica. Por el momento, el camino del mundo está en juego. Todos debemos saltar hacia arriba y hacia abajo muy fuerte (metafóricamente hablando) para asegurarnos que el equilibrio cambie definitivamente a nuestro favor y tengamos un mundo amigable para las mujeres, en lugar de un mundo patriarcal totalitario.

MA: En tu libro aparece una mención a las Vulpes, el único grupo de mujeres* que ha prevalecido en nuestro canon debido a la manipulación mediática a la que se vio expuesta. Cuéntanos, ¿cuál es la imagen que se proyecta del estado español desde fuera?

VG: La impresión más fuerte que tuve del punk en el estado español antes de comenzar el libro fue Manu Chao. Todavía es uno de mis artistas favoritos y clasifico a “Clandestino” como uno de mis álbumes más queridos. Siempre supe que quería mencionar una banda española, y un conocido periodista musical llamado Diego Manrique, al que conocí mientras participaba en un debate años atrás en vuestro país, me contó la increíble y conmovedora historia de Las Vulpes. Él fue el hombre que las contrató para un programa de música para televisión. Me enteré de que su versión “Me Gusta Ser Una Zorra” del “I Wanna Be Your Dog” de Iggy Pop canceló el programa; todos perdieron sus trabajos, la banda fue vilipendiada en la prensa (Franco todavía estaba en el poder)… Y que en ese periodo anterior a internet, las hermanas de la banda realmente no pudieron encontrar ninguna salida o carrera en absoluto. La frase de Lola al final de su sección en el libro, “Siempre sentiré que mataron nuestro sueño”, todavía me persigue.

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Las Vulpes

MA: Para terminar, dime Vivien, ¿es posible ser una punki y obtener remuneración de los frutos de tu trabajo artístico? ¡Danos esperanzas a las precarizadas!

VG: ¡Si esto no fuese así, quizás deberíamos rendirnos! Si no me hubieran pagado de alguna manera, desde alguna fuente, desde que comencé en el mundo del trabajo, hace décadas… Bueno, ¿cómo podríamos estar teniendo esta conversación ahora? Acaso la pregunta no sería más acertada en una reformulación tal que así: ¿Cómo cualquiera de nosotrxs, hombres o mujeres, conseguimos que nos paguen por ser escritorxs y músicxs hoy en día –especialmente cuando a las mujeres se les paga menos a los hombres, otra línea más en el frente–?

MA: Muchas gracias por ayudarnos a conocer nuestra propia historia global tejiendo estos vínculos entre tantas punkis. Te estamos eternamente agradecidas, Vivien; aunque haya kilómetros que nos separen, seguiremos luchando en la distancia desde la misma barricada porque todas somos músicas y activistas.

VG: Tus palabras significan mucho para mí. Supongo que tenía la esperanza, pero tal vez no sabía del todo, de que el libro realmente hubiera encontrado su comunidad. Te estoy muy agradecida por decírmelo.

¡Cuidaos mucho!

Amor revolucionario,

Vivien.

 

Por Maritxu Alonso @AlonsoMaritxu

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*Gracias a Maritxu Alonso de Uterzine por permitirnos publicar en exclusiva esta entrevista en DareGirl. 

*Todas las fotos cedidas por Editorial Contra a Maritxu Alonso para esta entrevista, salvo «Las Vulpes» (LaRazón) y el logo de Uterzine (Uterzine).