#Entrevista Araceli Pulpillo (Labio Asesino) «Cuando se emprende una lucha ha de hacerse desde el territorio».

Para hablar de Araceli Pulpillo nos tenemos que lavar la boca. Fue gracias a la no menos grande Irene Bebop de Ruda FM cuando pudimos tenerla en directo en Murcia para la presentación de su Vulva Estelar nº2 y conocimos la publicación Labio Asesino. Pulpillo (Rus, Jaén) es cultísima, empática y no se toma a broma que la revolución surge de los pequeños fuegos: así, es consciente que las manifestaciones artísticas y literarias pueden estar al servicio de la sociedad para mejorarla y cambiar los roles de poder. Militante anarcosindicalista y cofundadora de la asamblea feminista Comando Sororidad en Jaén, ha encontrado en la edición un arma más de lucha. Al frente de Piedra Papel Libros, editorial de ensayo político, historia social, relato, poesía y fanzines, y del fanzine Labio Asesino, este fin de semana hace parada en Murcia para presentarnos uno de sus últimos proyectos, «Feminismo Andaluz«, un precioso monográfico a todo color que se acompaña del interesantísimo libelo «La mujer y la sociedad», un manifiesto clave de 1857.

Pero, ¿qué es el «feminismo andaluz»? Eso mismo le preguntamos a Araceli Pulpillo en esta entrevista. Seguramente ya conocerás proyectos (y si no, ¡ya estás tardando!) como «Como vaya yo y lo encuentre» de Mar Gallego o a la investigadora Lidia Garcia «the queer cañi bot» (manchego-murciana, pero defensora del «lesbofolclore y la copla»), entre otras muchas nuevas manifestaciones que explican la necesidad de repensarnos desde lo local (a la espera de que despertemos en esta tierra). Pulpillo reúne en este monográfico a diferentes firmas que tratan, por ejemplo, las «juntaeras», la identidad expropiada, la sororidad entre vecinas, los testimonios de mujeres obreras, el flamenco o la ley de extranjería, así como poemas, ilustraciones y hasta una playlist. No podemos más que recomendaros su lectura, y sobre todo, que nos acompañéis este jueves en Cartagena, el viernes en Murcia o el sábado en Alcoi para escuchar el apabullante discurso de Pulpillo y su apasionada defensa de este feminismo que es de todes. Mientras tanto, no te pierdas el maravilloso podcast de Ruda FM con la autora y la entrevista que hoy nos concede en daregirl.es.

«Regreso, sí, a la sangre. Pero regresar a la sangre para un andaluz no es volver a algo primitivo, sino todo lo contrario: es regresar a un mundo, a una cultura y hasta a un modo de paisaje». (María Zambrano, «El exilio como patria»).

Pues tenía muchas ganas de trabajar con otro formato de colaboraciones dentro del proyecto. Que no fuera el femzine seriado, sino algo diferente. De ahí surge la idea de una línea de monográficos. Empecé por Feminismo andaluz precisamente porque no estaba siendo ajena a todo lo que se estaba cociendo en Andalucía. Eran muchas las voces que estaban hablando desde la necesidad de crear reflexiones entorno al territorio. De ahí, empecé a contactar con muchos de los proyectos e individualidades que llevaba siguiendo desde hace tiempo; algunas eran compañeras que ya conocía, otras las fui conociendo poco a poco. Un punto de empuje para dar cuerpo a muchas de las colaboraciones fue el Fem Fest de Málaga,un festival feminista en el que se organizó la mesa camilla del feminismo andaluz, ahí compartimos muchas reflexiones, saberes y horizontes.

La coordinación, sinceramente, ha sido emocionante y muy enriquecedora. Conocer a/compartir con compañeras que me han enseñado tanto y con las que se ha creado un debate profundo sobre nuestro propio sujeto político, sobre nuestras militancias; compartir mesa para hablar de nuestras opresiones/resistencias; indagar(nos) para sabernos soberanas de nuestra historia y nuestra cotidianidad; crear un debate abierto entorno a nuestro sujeto como andaluzas y obreras… Ha sido y está siendo muy bello todo lo que se está creando.

En cuanto a la importancia de pensarnos desde el territorio. Esto es algo que tiene que ver con la soberanía. Es importantísimo conocer/cuidar lo más cercano. Si no conocemos nuestra historia cercana no podremos hacer una lucha coherente con nuestro presente. De lo que hablo lo explica muy bien Virginia Piña en su artículo Feminismo y soberanía: hacia un feminismo andaluz. Si no sabemos que el 37,3% de la población andaluza está en riesgo de exclusión social, y que el peso de esta pobreza recae sobre las mujeres; si no sabemos que la mayor parte de las tierras de Andalucía están en manos de terratenientes y que este reparto desigual viene de esa mal llamada «Reconquista»; si no sabemos del expolio cultural y de la represión que vivió el pueblo andalusí; si no conocemos las pragmáticas sanciones que persiguieron a moriscos, a marranos, a gitanos…; si no sabemos de la lucha campesina por la tierra y de la organización existente entre la clase trabajadora en el siglo XIX y XX, con las mujeres a la cabeza en muchísimas de esas luchas; si no miramos las prácticas de resistencia en nuestras casas;…  Cuando se emprende una lucha ha de hacerse desde la realidad material que te rodea y te atraviesa, por eso es tan importante hablar desde el territorio, sin esencialismo ni fundamentalismo, sino desgrandando nuestra realidad para entender etiquetas, clichés y desigualdades y para armarnos e impregnarnos de esas resistencias que se han ejercido por la supervivencia y que llevamos en nuestro ADN.

Los retos, precisamente, son muchos, algunos de ellos: desenterrar esa memoria autoimpuesta que se nos ha vertido y poner en valor la riqueza cultural, social, política que nos antecede; rescatar a mujeres pioneras por la emancipación de la mujer y la clase trabajadora; mirar a nuestras madres, abuelas, tias, y aprender de las prácticas de resistencia entorno a la unión entre mujeres que han ejercido y que han posibilitado tener vidas más dignas; articular un movimiento político entorno al feminismo andaluz que sea capaz, hoy día, de hacer frente a la andaluzofobia y a los discursos del odio (machismo, fascismo, racismo, capacitismo, homofobia,…).

Me gusta esta pregunta porque se puede generar un debate enriquecedor sobre esta concepción que tengo yo de las implicaciones que tiene un femzine en la sociedad. Para mí, el fanzine/femzine es un arma política y un espacio de militancia. Un arma política por varias razones. Por una parte, por lo que supone el acto mismo de elaborarlo, en el que las personas que se ponen manos a la obra acaban sufriendo una transformación: aprenden en todo el proceso estrategias, no solo de edición, sino de autogestión, solidaridad,… Por otra parte, te permite editar sin filtros, sin censuras, generando así debates que no se encuentran en otros medios y distribuirlo tú directamente, sabiendo a donde llega y cómo llega. Entrar en el mundo del fanzine acaba siendo tejer un red muy grande de colaboradoras, amigas, lectoras… esto es muy potente en una sociedad que nos quiere individualizados.

En cuanto al espacio de militancia, creo que el fanzine es un lugar desde el que crear reflexiones y debates con los que transformar la sociedad. Por muy pequeña que sea la tirada, por muy pequeño que sea el debate, creo que ahí ya existe un acto de transformación, que a mí, personalmente, me interesa muchísimo y me fascina.

Bueno, con Labio Asesino ya estoy cerrando el número 4 del femzine seriado, saldrá a finales de este mes o principios del que viene. También tengo en mente editar un monográfico sobre mujeres y sindicalismo, aunque esto con miras a medio-largo plazo, tengo que sentarme tranquilamente a organizarlo. Otra de las cosas que tengo en mente es seguir dándole cuerpo a la línea de feminismo andaluz, y seguir sacando textos en esa línea. Ya salió el libelo La mujer y la sociedad un texto de 1857 considerado el primer tratado feminista del estado y escrito, según investigaciones, por Josefa Zapata y/o Margarita Pérez de Celis, dos socialistas utópicas gaditanas, me gustaría, como te comento, seguir sacando pequeños artefactos que permitan cuestionar e indagar en esta línea.