Como consumidoras capitalistas que somos, queramos o no, nuestras compras son también un acto de resistencia. Por eso, seguimos apoyando, y flipando, con los negocios y empresas que se desmarcan de la corriente del producto hecho sin alma ni cuidado. Exactamente en el otro extremo, el de la conciencia, el trabajo artesanal y el respeto por el medio ambiente está Alicia Vivancos, creadora y fundadora de Fire & Fable, el proyecto de velas aromáticas que nació en 2017 y que más que objetos, ofrece pequeñas vías de escape de la realidad.
¿Y si pudieras encapsular el olor a libro nuevo? ¿O si los jardines de Thornfield entraran a tu casa de la manica misma de Jane Eyre? ¿Y cenar con el aroma a galletas de jengibre y plátano que seguro rechiflaría a Pippi Langstrump? Todos estos viajes, siempre cerca de la literatura y la naturaleza, los ha recorrido Vivancos para dar forma a su original colección de velas de soja. Hoy hemos podido entrevistarla para que nos cuente cómo es comandar Fire & Fable, un sueño muy real que puedes visitar en la calle Mayor de Cartagena y siempre en su web.
¿Cómo surge este proyecto?
¿La verdad? Fue sin planearlo. No lo concebí como un proyecto empresarial y sobre todo jamás pensé en lo que se iba a convertir. Sé que suena raro, sobre todo ahora que la empresa se ha hecho grande, pero fue así. Creé todo esto mientras mi objetivo estaba puesto en llegar a otro sitio.
Yo trabajaba como diseñadora editorial para autores y editoriales, eso era a lo que me quería dedicar y lo compaginaba como podía con trabajos precarios de camarera, dependienta, teleoperadora… lo que surgía. Quería seguir profesionalmente en el mundo editorial porque me apasionaba maquetar libros y diseñar portadas. Dar vida física a las historias de otros me encantaba.
Trabajaba como freelance, esto quiere decir que tenía que estar siempre al loro de lo nuevo en ese mundillo y reinventarme continuamente. Junto a los servicios de diseño de portadas y maquetación de libros físicos y electrónicos, ofrecía a los autores merchan de sus novelas. Marcapáginas, chapas y cosas así para las presentaciones de los libros, los lanzamientos y todo lo que necesitase un artículo promocional.
Investigando y siempre con el ojo puesto fuera, descubrí que en EE.UU estaban muy de moda las velas de este tipo y decidí hacerlas personalizadas para los autores con las portadas de sus libros, porque en ese momento no había productos de este tipo bajo pedido.
A la gente les gustaron tanto que las pedían para comprarlas con diferentes temáticas, me puse a ello, dejé de trabajar bajo pedido para crear mi propio catálogo y fíjate, aquí sigo dando cera 5 años después.
¿Por qué te llamaba la atención el mundo de las velas y los aromas?
Siempre he tenido un olfato híper desarrollado, así que cuando decidí hacer las velas y descubrí el mundo de los aromas quedé atrapada, ya no hubo vuelta atrás.
Pero las velas que hacemos en Fire & Fable no son un simple producto aromático, nuestras velas forman parte del día a día de las personas, del cuidado personal, físico y mental, que aporta la cera natural, las delicadas fragancias y los aceites esenciales que utilizamos.
¿Qué tienen de especial estas velas que las diferencian del resto?
Estas velas no son como las que encuentras en un supermercado, en unos grandes almacenes o las velas hechas en cadena. Todas nuestras velas están hechas a mano una a una para que la experiencia del cliente al encenderlas sea extraordinaria. Quienes las prueban, siempre repiten.
Además de artesanales, son veganas y toda la empresa está basada en el concepto de sostenibilidad y residuo cero. No llevan cera de abeja por eso son veganas. Las fragancias están certificadas por la IFRA, la cera es 100% soja de cultivo sostenible y de proveedores europeos.
Hay muchísimos más detalles que marcan la diferencia. Mechas de algodón orgánico, etiquetas de papel natural sin barnices ni blanqueantes y envíos 100% comportables. No utilizamos plásticos ni químicos nocivos en la elaboración del producto ni en los envíos.
Se nota que hay una parte muy emocional en ellas.
Al final, lo que hace especiales estas velas no es solo su calidad, sino todo lo que engloba la tienda y eso se nota en el cariño que nos brinda el cliente. Quienes las compran aprecian de verdad el esfuerzo que hay detrás de cada uno de los productos, son afines a nuestra filosofía y apoyan la marca de manera incondicional.
Eso se nota en el día a día, pero sobre todo en la respuesta que hemos tenido a las diferentes campañas solidarias que hemos hecho. Ya sea para la Asociación contra el Cáncer de mama o para el volcán de La Palma.
No me canso de agradecer a todas las personas que, disfrutando de nuestras velas, hacen posible que sigamos creando mientras ayudamos de manera directa o indirecta a otros.
Porque se pueden crear cosas bonitas sin cargarnos el planeta.
¿De dónde viene la inspiración para crear esas categorías tan originales, como los viajes, la literatura o la cultura clásica?
La literatura fue siempre mi pasión y de ahí viene casi toda la inspiración, además adoro viajar por el mundo con la mochila al hombro y me considero una persona bastante espiritual. Si metes todo eso en una coctelera y lo agitas, salen las colecciones de velas que tenemos y las temáticas tan eclécticas.
De hecho, la inspiración viene en gran medida de mis vivencias, porque (esto es muy peculiar) las velas que hago son de temáticas que conozco muy bien. Son de libros que he leído, películas que he visto, lugares en los que he estado… ¡incluso llegué a sacar una colección de velas inspiradas en música rock!
A veces pienso que debería dejarme llevar por lo que está de moda o por temáticas más comerciales, pero tengo la sensación de que si lo hiciese perderían su encanto, que ya no serían tan auténticas y especiales.
Así que aquí sigo, con mis velas raras de libros clásicos, películas de los 80 y de lugares remotos.
¿Cuál es el proceso de fabricación? ¿Cómo aprendiste y qué importancia le das a la parte de “artesanía” de su elaboración?
Que soy artesana y que las velas se hacen de manera 100% artesanal es la base de esta empresa. De hecho, no hay dos velas iguales, todas se hacen una a una con todo el mimo y cariño con el que las hacía al principio.
Cuando comencé a fabricarlas no imaginaba la complejidad del producto y de los materiales. No es nada fácil trabajar con la cera, los aromas, porcentajes de fusión, temperaturas, etc.
Fabricarlas es muy lento. Es un trabajo minucioso, algo sucio también, pero muy bonito. Verlas enfriar, curarse, lo bonitas que quedan una vez etiquetadas y cómo los aromas evocan las historias en las que están inspiradas es un regalo.
¿Cómo fue la aventura de embarcarte en un negocio tan fuera de lo común, y que además tiene tienda física?
Reconozco que me apasiona mi trabajo, pero el comienzo no fue nada fácil. Me costó mucha formación, el aprendizaje fue lento, caro y agotador. Tienes que aprender de perfumería, química, botánica…
Además, claro, tienes que tener conocimientos de diseño corporativo, de producto, diseño y programación web, publicidad, redes sociales, administración. Imagina crear un producto de cero, ser quien lo vende, lo publicita, lo gestiona. ¡Es de locos!
Ahora puedo respirar algo más porque me pude permitir delegar parte de trabajo, pero uff, es agotador.
¿Es fácil “emprender” cuando eres un proyecto alternativo?
Se tiene muy romanizado el emprendimiento y empodera muchísimo eso de ser una mujer emprendedora, no lo niego. Pero si soy sincera, a estas alturas de mi vida y con lo que me ha costado llegar aquí, si estuviese otra vez en el punto de partida jamás volvería a hacerlo. A menos no este tipo de negocio.
A fin de cuentas, solo hay dos maneras de emprender, con dinero o con tu tiempo. Si tienes dinero y una idea, pues pálante, pagas y que te lo desarrollen, pero sino… prepárate a jugártelo todo sin garantías.
Recuerdo los primeros años cuando no dormía, apenas comía, vivía estresada y con ansiedad permanente. Todo era por y para la empresa, mi casa se convirtió en un almacén, me jugué el dinero, la salud mental, el tiempo, casi hasta mi relación (que santa paciencia tuvo mi pareja)
Pero bueno, una vez que consigues sobrevivir a la Agencia Tributaria, las licencias para fabricar el producto en el taller, proyectos de ingeniería, asesores, Seguridad Social y ese larguísimo etcétera burocrático, sobrevives a cualquier cosa.
Aun así no dejo de inventar y como soy un culo de mal asiento, siempre estoy haciendo locuras… ¡como abrir una tienda física! (más burocracia)
Es cierto que tener una tienda física es una locura hoy en día, pero disfruto mucho con la tienda tan bonita que hemos creado, de haberla hecho también de cero (hemos fabricado los muebles, restaurado la fachada de madera, montado el escaparate) y sobre todo, adoro recibir a la gente. Me encanta hablarles de las velas, de los aromas. ¡Ay, eso me da la vida!
Creo que en el fondo no he dejado de ser la camarera que trabajaba en chiringuitos de playa, la dependienta de centro comercial o la que vendía productos por teléfono. Me encanta la gente.
¿Cuáles son los planes de Fire&Fable en un futuro cercano?
Me pregunto a menudo ¿Qué será de la empresa en el futuro? La verdad que no lo sé.
Muchas veces pienso ¿por qué no seguir creciendo? Crear un taller más grande, más trabajadores, mayor producción… Pero si lo pienso detenidamente, en realidad me encanta mi taller, mi tienda boutique y la gran familia que se ha ido creando alrededor de este negocio local tan peculiar.
Además, hay que reconocer que las cosas no están muy bien en este momento a nivel global. La crisis de las materias primas nos ha dado de lleno y la inflación nos ha destrozado, hasta el punto de hacer casi insostenible la fabricación del producto con el incremento de precios de todas las materias primas.
Aun así, no descarto cambios más adelante o ampliar plantilla, lo que sí es seguro es que mientras siga teniendo ideas nuevas, seguiré fabricando velas y sobre todo estoy segura de que haga lo que haga, o llegue a donde llegue, todo seguirá siendo con cariño, con pasión y con toda la ilusión del primer día.
*Todas las fotos cedidas por Fire&Fable. ¡Gracias!