Sabes que has ganado cuando tienes la última palabra. Con el «zasca» más grande. Empuñando la crueldad dialéctica, sin llegar a las manos. O haciéndolo. ¿Qué nos pasa hoy en día, que estamos siempre con los cuchillos afilados? Quizás habría que bajar un poco las revoluciones y fijarnos también en los detalles que nos devuelven algo de bondad, de dulzura, de ternura. Sobre este último concepto trabaja sin tapujos nuestra artista destacada de hoy: la ilustradora María Moya. Conociendo que el mundo puede ser un lugar muy chungo ha optado por lo difícil, crear uno propio para desconectar de la vorágine diaria y hacer algo tan necesario como estas cinco letras: jugar. Ahora que está a punto de ver la luz su nuevo libro, charlamos con ella sobre esta idea, su obra, y esos personajes tan especiales que hacen del suyo un universo único.

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María Moya en el centro, en la última edición del Pecha Kucha Night, donde presentaron su proyecto «Muñeco de Barro» junto a Diego Lizán (dcha.)

María Moya (Murcia, 1988) es licenciada en Bellas Artes y máster en Ilustración Editorial, y es en esta disciplina donde gozamos de su particular estilo. Tras dos álbumes ilustrados con la editorial italiana ZOOlibri, se lanza un tercer volumen en el que también pone el dibujo. «Este tercer proyecto con ZOOlibri tiene ya una larga historia. Corrado Rabitti, el editor, me pidió hace ya algo más de un año que empezase a trabajar en un proyecto más personal, tan solo me pidieron que fuese una historia sobre un bosque y que en ella se pudiesen observar los cambios de las estaciones. Desde entonces el proyecto ha dado muchísimas vueltas, de la idea inicial de hacer un silent book a la decisión final de que alguien pusiese palabras a lo que yo había ilustrado«. Sus otros libros con ZOOlibri, “Il domatore di foglie” ( El domador de hojas) con texto de Pina Irace y traducido a chino, danés y japonés y “L’Omino del Blu” (El hombrecito del azul) esta vez con Cristina Bellemo, conservan el estilo de nuestros cuentos caseros, metiendo a los personajes en detallistas bosques en el primero o en un onírico patio de juegos en el segundo.

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“L’Omino del Blu” (FB ZooLibri)

Para este nuevo trabajo que viene solo tiene buenas palabras. «La escritora es Cristiana Valentini, una de esas personas tan polifacéticas que te preguntas de dónde saca el tiempo para hacer tantísimas cosas. Ella, además de ser la directora artística de ZOOlibri, es ilustradora, diseñadora gráfica, animadora, profesora y escritora. Y puede que me deje algo. Una crack. Este álbum ilustrado hablará sobre muchas cosas, pero todo gira en torno a la circularidad de los procesos naturales. Contamos pequeñas historias de todas esas cosas que vienen y van y que a veces, a mitad de camino, se transforman en otras cosas, o que quizás nunca más vuelven».

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“L’Omino del Blu” (FB ZooLibri)

Es en esta misma editorial donde ha aprendido el proceso de trabajo para que la obra resulte redonda. «Supongo que lo que más me atrae de este tipo de trabajo es el diálogo que se establece entre todo el equipo: editor, directora artística, la fundamental Erika que es el enlace entre todos. El libro se va formando muy poco a poco, con avances y retrocesos constantes. Es un aprendizaje continuo. Cuando estoy a punto de acabar un libro, siempre pienso…. Woh, ¡nunca pensé que pudiese llegar hasta aquí! Hacer un libro es un trabajo de equipo y es este equipo el que con sus empujoncitos te hace crecer y llegar siempre un poco más allá. Creo que cuando se trabaja mucho tiempo solo, uno empieza a acontentarse demasiado pronto con los resultados.» Y la obra final vale la pena: deliciosos libros con personajes entrañables, ambientes envolventes y un suave recuerdo a lo que nos leían en la cama cuando delirábamos con fiebre. Eso es éxito.

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“Il domatore di foglie”

Pero si eres de Murcia, probablemente sabrás de María Moya por ser el cincuenta por ciento del maravilloso proyecto «Muñeco de Barro«, una idea que comenzó como una residencia artística en el centro Puertas de Castilla y que ha culminado como una firma propia. Junto al ilustrador y diseñador gráfico Diego Lizán, otra de las grandes miradas de nuestro arte actual en la región, comenzaron los experimentos de materiales y procesos para crear personajes que luego acabarían personificados en cerámica. «Con «Muñeco de Barro» ahora mismo estamos en plena ebullición, tenemos muchísimos frentes abiertos y vamos avanzando despacito. Al ser dos, el tiempo dedicado siempre tiene que ser una media de lo que ambos podemos ofrecer. Pero como dicen en Italia “piano, piano, si va lontano”. Estamos diseñando un libro sobre nuestra exposición “Todo lo que sucede entre el verde y el azul” en el que contamos con la colaboración del escritor Carlos Grassa Toro y haciendo también las gestiones necesarias para poder mover la expo. Además estamos diseñando las próximas colecciones de artoys y cerámica utilitaria que saldrán bajo la marca de “Muñeco de Barro” y la submarca “Cacharro de Barro”. La acogida del público fue estupenda desde el primer día y gracias a ella hemos cogido mucha fuerza para seguir afianzando nuestra marca«.

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Danza tribal. Criaturillas de María Moya. (FB Muñeco de Barro)

Esta inmersión en un camino tan original como la cerámica hubiera sido imposible sin la complicidad de Lizán. «Colaborar con Diego ha marcado un antes y un después en mi trayectoria profesional. Es muy difícil encontrar a alguien con quien compartir un proyecto tan a largo plazo y que nunca pierda ni la ilusión ni las ganas. Diego tiene muchísima más experiencia que yo en el mundo del diseño y además es un gran coleccionista y amante de los artoys, ambas cosas han sido fundamentales en el desarrollo de Muñeco de Barro. Si a todo esto le sumamos que nunca nos faltan ni risas ni cachondeo, yo creo que formamos una gran alianza que espero dure mucho tiempo

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En pleno proceso de trabajo. (FB Muñeco de Barro)

Libros, ilustración, cerámica… Moya se abre camino en el difícil mundo de las artes plásticas con una mirada propia, y eso cuesta. ¿Qué será de todo esto mañana? «Ay, el futuro, siempre tan incierto. Ahora mismo estoy centrada en la puesta en marcha de mi línea personal de cerámica, que empezaré a vender online y en tiendas dentro de muy poquito. Además quiero ofrecer varios servicios: modelado a partir de bocetos y encargos personalizados tanto para particulares como para empresas.» Y volver a trabajar con otros artistas, ¿sería una opción? «Me encantaría colaborar con profesionales de otras disciplinas, artísticas o no, soy una esponja y me encanta aprender cosas nuevas, pero sobre todo, cada vez me inclino más hacia la artesanía y las técnicas tradicionales. Necesito procesos lentos para contrarrestar los ritmos de este mundo de caos y prisa

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Cacharro de Barro. (FB)

Nada ha sido tan curioso como observar al público murciano más exigente -entre el crítico y el hipster, entre el profesional y el cotilla- sorprenderse ante sus pequeños humanoides de barro que dan ganas de achuchar. Sacarnos el cariño de dentro, ¿no es eso un gran triunfo? «Con el tiempo he descubierto que mi trabajo gira en torno a dos grandes ejes, recuperar el placer del juego y el de la ternura en la vida adulta. Me niego a pensar que todo tenga que ser tan serio cuando uno se hace “mayor”.» Jugar, siempre.

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Foto de la expo“Todo lo que sucede entre el verde y el azul”. (FB Muñeco de Barro)

*Fotos de las correspondientes páginas de Facebook. Foto de portada, FB de María Moya Ilustración.