Somos una ciudad con suerte. Sí, bueno, hay un tipo raro que siempre está bailando por las plazas, cogiendo a una pobre turista por la cintura y obligándola a ir al Plaza 3 y comer marineras todo el rato, pero en general somos buena gente. Será por eso que tenemos la fortuna de que colectivos como Cambalache elijan la ciudad para traer sus publicaciones y presentarlas en formato personal. Este sábado 11 a las 19h la publicación periódica feminista «La Madeja» llega a Murcia con su nuevo número «Miedos». Su editora Celia García nos descubrirá por qué le han dedicado esta temática a la publicación, un debate que promete. Pero nosotras no hemos podido esperar y hoy responde a nuestras preguntas en esta entrevista-flash. ¿Quién dijo miedo?

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Nuestros miedos son inherentes a nuestra personalidad, también a cómo nos vemos, a cómo nos definimos. ¿Son amigos o enemigos entonces? «En este número nos tocaba un tema de los que solemos llamar menos habituales dentro de los debates feministas, más sugerentes. Veníamos de trabajar los «Cuidados» en el número anterior, y en una de las presentaciones (creo que en Barcelona) compartimos con las compañeras cuales eran los temas  que estábamos pensando como posibilidades  después de “cuidados”… en ese momento creo que le dábamos vueltas a la posibilidad de trabajar las “contradicciones”, una compañera del público nos propuso el tema de “miedos”, y cuando lo compartimos en el equipo de redacción lo vimos claro inmediatamente. Nos parece un tema sugerente y muy actual… Una especie de catarsis feminista donde sacar los miedos a pasear y donde compartir herramientas para combatirlos«. Es imposible definirlo mejor que como ellas hacen en su presentación: «Los miedos, como tantas otras cosas que articulan nuestras vidas, son también una cuestión que se relaciona con las diferentes intersecciones que nos atraviesan y a las que no siempre estamos del todo atentas. Nuestros miedos tienen que ver con nuestros privilegios: el miedo es cuestión de clase, de género, de color de piel, de orientación sexual, de experiencias vitales y aprendizajes. Pero el miedo, cualquier miedo, también puede ser un punto de partida, pues no hay temor sin resistencia».

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En su presentación de Valladolid.

El colectivo Cambalache, creador de La Madeja, lleva desde 2010 haciéndole frente a esos «miedos». Su intención es la de dar voz a una perspectiva feminista, tanto a través de publicaciones más directas respecto al cuidado feminista como otras más metafóricas. Todas, necesarias. «Yo creo que siempre van a ser necesarias, incluso en una realidad, ahora mismo, utópica de sociedades donde no haya privilegios de unos cuerpos sobre otros… Porque de alguna manera La Madeja se piensa como un espacio de encuentro, de experimentación, también de conflicto, de diálogo, de expresión, de contradicción… y esta abierta a la participación de todxs aquellxs que sientan inquietudes y cuestionen cómo construimos y se construyen nuestras realidades, y este ejercicio creo que incluso en el mundo más justo sería necesario.  Nosotras pensamos que el feminismo no es una práctica o una teoría parcelaria, sino que es una manera de estar en el mundo, en todos los mundos, creo que todas las revistas ya tendrían que ser feministas«.

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 Para ese desarrollo es vital un equipo coherente con el pensamiento y el fin de la lucha. «Intentamos que todo el proceso sea lo más colectivo posible, desde el principio partimos de una organización horizontal. Está el equipo de redacción que funciona como una suerte de grupo motor, pero que se apoya y consulta a un grupo de personas más amplio» Y, ¿qué tienen en común las personas que participan en La Madeja, qué las une a a esta ideología que tiene tanto de pensamiento como de reivindicación? «Lo común creo que podría ser el cuestionamiento o el estar dándole vueltas al tema concreto que vayamos a trabajar. Siempre nos ha parecido enriquecedor que la revista no siguiera una línea concreta dentro de los feminismos sino que fuera una especie de mosaico donde distintas voces con opiniones diversas sobre un mismo tema se encontraran

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Celia García en la presentación del número «Amores» en 2014 en Murcia. Foto: Red Feministas Murcia.

Alma María, Bitxo, Luciana Caamaño, Laura Casielles, Carolina Checa Dumont, Carmen G. de la Cueva,  Patricia Dopazo Gallego, Ana Fernández, June Fernández, Cruz García Casado, Laura Gutiérrez, Roxana Gutiérrez Portugal, Nadia Hindi, Ana Jiménez Talavera,  Mónica Ortiz Ríos,  Ana Sánchez Palomo, Teresa Soto o Valecitas son solo algunos de los nombres que podremos encontrar en este número de «Miedos».»Nos interesa mucho que dentro de esa diversidad se pueda experimentar con el lenguaje, a veces las estructuras narrativas para tratar algunos temas o algunos enfoques quedan un poco encorsetadas por usos concretos de la lengua… y eso no nos parece mal, porque ese “encorsetamiento” sirve, a veces, para explicar, razonar, argumentar de una manera que conocemos bien y desde donde se puede aprender mucho; sin embargo,  nos parece un buen ejercicio proponer hablar de temas como los cuidados, los miedos o el amor tratando de superar esos esquemas… Romper un poco ese miedo a la escritura tan común para nosotras, desde la propuesta de escribir no siguiendo el mandato del “como se debería escribir para que sea algo serio”, sino desde donde deseemos escribir, a veces el deseo coincide con los formatos más clásicos y, por supuesto, eso también nos parece estupendo. El hecho de dejar abierta la posibilidad de escribir desde lenguajes más creativos, se decida lo que se decida, ya nos parece una buena manera de cuestionamiento sobre el propio lenguaje«.

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Un planteamiento histórico.

Este sábado podremos descubrir en primera persona la importancia que estas publicaciones tienen y tendrán en el feminismo, de lo local a lo global, y el hecho de personarse de ciudad en ciudad tiene un propósito. «Desde el principio del proyecto nos planteamos las presentaciones como la última fase del proceso de la revista (buscar tema, colaboradoras, trabajo con los textos, correcciones, presentaciones) Las presentaciones son, por un lado, un espacio donde compartir, debatir, poner en común…  donde seguir colectivizando todo el proceso de la revista… También de las  presentaciones, a veces, salen colaboraciones, hemos conocido a gente genial. Las presentaciones también nos sirven para ir construyendo una red feminista que nos saque de nuestro contexto concreto y de la que siempre aprendemos mucho, encontrarnos con otras a través de la revista es fantástico, muy enriquecedor. Y, por supuesto, nos sirven para que el proyecto se mantenga  a través de su venta, ya que La Madeja es un proyecto autogestionado.» Si quieres formar parte de La Madeja y sentir que esto va más allá de una publicación en papel, únete a nosotras este próximo sábado. Juntas, y sin miedo.

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