Tal día como hoy, el 6 de septiembre de 1921, nacía Carmen Laforet. La que fuera una de las grandes plumas de la literatura nacional y cuya obra puede enorgullecerse de ser la más traducida tras «El Quijote» y «La vida de Pascual Duarte», sigue fascinando años después de su muerte. Y es que su obra magna, «Nada», continúa sobrecogiendo aún más cuanto más se estudia, y su figura profesional y personal consigue atraparte entre las luces y sombras de una genialidad que una sociedad represiva y los demonios propios no dejaron florecer.
Carmen Laforet (Barcelona, 1921- Madrid, 2004) saltó a la fama cuando en 1944 ganó el Premio Nadal a los 24 años con «Nada«, la deslumbrante novela que hoy es un símbolo de la lucha de una mujer por encontrar su sitio en la miserable España de la posguerra. Lejos de ser una alegría para ella, su salida del anonimato la sumió en una continua lucha por evitar exponerse, lo que llegó a afectar su vida y escritos. Enfrentada a su familia por mostrarlos en la novela, en su huida hacia delante se casó y tuvo cinco hijos, encasillada entonces en un rol tradicional en el que tampoco encontró consuelo. Su amargura se reflejaba en su literatura, que ya en manos de grandes editoriales, le pedían que dulcificara con otras obras como «La llamada» o cuentos cortos, magníficos, sí, pero lejos de la genialidad de su novela cumbre, aquella que se alimentaba del lado más oscuro de su alma. Su cuerpo se empieza a partir con el desarrollo del Alzheimer y moriría sin poder sujetar un bolígrafo en 2004.
El aura de leyenda de Laforet va más allá de lo que significó «Nada» para una generación de autoras (y lectoras) venideras. Su obsesión por su madrastra, la adicción a la química, sus coqueteos con el misticismo del tarot, una posible relación homosexual o su continuo inconformismo que solo llega a entender su amigo Ramón J. Sender crean el personaje ante el que se enfrenta la persona. Dos nuevas obras nos hacen entender un poco mejor su particular universo: el documental «Carmen Laforet, la chica rara” de las directoras Ana Pérez de la Fuente y Marta Arribas o la biografía «Una mujer en fuga» (RBA) de Anna Caballé e Israel Rolón.
«En verdad, es el mundo que domina secretamente la vida. Secretamente, instintivamente, la mujer se adapta y organiza unas leyes inflexibles, hipócritas en muchas situaciones para un dominio terrible… Las pobres escritoras no hemos contado nunca la verdad, aunque queramos. La literatura la inventó el varón y seguimos empleando el mismo enfoque para las cosas. Yo quisiera intentar una traición para dar algo de ese secreto, para que poco a poco vaya dejando de existir esa fuerza de dominio, y hombres y mujeres nos entendamos mejor, sin sometimientos, ni aparentes ni reales, de unos a otros… tiene que llover mucho para eso. Pero, ¿verdad que está usted de acuerdo, en que lo verdaderamente femenino en la situación humana las mujeres no lo hemos dicho, y cuando lo hemos intentado ha sido con lenguaje prestado, que resultaba falso por muy sinceras que quisiéramos ser?»
Carmen Laforet.