Tiempos dorados para la literatura feminista: detrás de ese «boom» por el que preguntan todos los periodistas (¿mayoritariamente hombres?) acerca del auge del feminismo en las artes y la política, hay una realidad comercial y una realidad social. Y si las dos consiguen llamar la atención sobre los problemas reales, ¿por qué no van a sernos útiles? En la literatura, sucede algo parecido: reediciones de lujo de la Plath, encumbramiento internacional (jodidamente merecida de una vez) de la periodista y activista Gloria Steinem a raíz de «Mi vida en la carretera», citación de la Despentes como inspiración generacional… y un nuevo género, el de la comedia feminista, que aflora con fuerza reivindicando doble petición: somos mujeres y podemos ser desvergonzadas: escúchanos. Eso es lo que ha dicho Bridget Christie con «Un libro para ellas«, recién editado por Anagrama en España.
A Bridget Christie se la compara inevitablemente con Caitlin Moran gracias al camino que abrió la de Brighton con «Cómo ser mujer», ese descacharrante libro en el que cuenta de forma poco convencional sus experiencias tratando de ser eso, «mujer» por un mundo de hombres. Y era una forma «poco convencional» porque hablaba de sexo, de momentos incómodos, pero sin el subfondo dramático que parece que solo se les permite a las escritoras: lo hacía a base de gruesas bromas y un sentido del humor de todo menos blanco. Bridget Christie sigue esta brillante estela en «Un libro para ellas» y no creemos que se sienta ofendida al ser comparada con Moran o incluso Roxane Gay. Christie (1971) también británica, es comediante, actriz y escritora. Curtida en las tablas de los teatros nacionales y estrella del Fringe escocés, la BBC, sus propios podcasts, colaboraciones en todos los periódicos y ganadora de casi veinte galardones por toda su carrera, «Un libro para ellas» es la eternidad sobre papel de su sarcástica forma de ver la vida, desde, oh-dios-mío, los ojos de una mujer feminista.
«Un libro para ellas» («A book for her») se publicó en Reino Unido en 2015 y ahora llega a España donde parece que por fin, estamos preparados para aceptar que una mujer puede hacernos reír. Porque aún se nos hace difícil derribar esa barrera: una mujer fuerte en política, líder en opinión, intensa en sus obras, genia en un campo científico…¿pero, divertida? La editora del libro lo tuvo claro: Christie debía plasmar en el libro sus dotes como monologuista. En él la autora mezcla los tópicos de la «feminista de catálogo» (pelo corto, siempre enfadada, lesbiana) con figuras esenciales como Malala y las Brönte, conflictos como la brecha salarial o el escándalo del acoso sexual en los colegios británicos. Hasta comparar el feminismo con un pedo. Por eso mismo es valiente, desvergonzado, surrealista y absurdo: genial. Aquí en Espala, con la reciente polémica de la censura del monólogo «No solo duelen los golpes» de Pamela Palenciano tan reciente, no cabe duda que el humor debe ser nuestra nueva arma de lucha por conquistar.