La Conservera fue uno de los grandes bastiones de la época dorada cultural de Murcia, cuando los desayunos SOS 4.8 y las lonas-No-Typical en la Gran Vía de Madrid las pagábamos entre todos. Sin rencores, desde luego la lluvia de subvenciones y el gasto desproporcionado nos puso en el mapa, y quién sabe si esta táctica y el chanantismo manchego convirtió una región de catetos en un epicentro musical y artístico del que todavía nos beneficiamos. El problema no fue crear grandes centros culturales y eventos magnificentes: fue el no hacerlo con sostenibilidad, cortando el grifo de un día para otro dejando edificios vacíos y tornado los empleos en becas deficitarias y paro. Uno de los lugares damnificados fue La Conservera de Ceutí, antigua fábrica de conservas reconvertida preciosamente en centro de arte moderno con más de 4.800 metros cuadrados de espacio aprovechable cuya situación en el mapa la hacía tan exuberante artísticamente como poca atractiva para el visitante murciano medio, de difícil movilidad de su zona de confort ocioso. Abandonada de proyectos interesantes y en obras durante meses, parece que este 2016 tiene planes para este gigante espacio lleno de posibilidades. «Gramáticas de la temporalidad» es el trabajo del colectivo curatorial 1erEscalón, compuesto por Isabel Durante, Ana G. Alarcón y Miguel Ángel Hernández, que con una muestra ambiciosa aspira a insuflar aire a la escena cultural contemporánea de la región.

«Gramáticas de la temporalidad» tiene dos objetivos principales: uno, dar a conocer algunos de los artistas de su archivo, 14 hombres y mujeres vinculados a Murcia y nacidos después de 1975 con los que pretenden «cartografiar el arte joven de la Región», y dos, reflexionar sobre el tiempo, tema principal de la muestra, con una visión global y experimental en diferentes formas. Divido en tres espacios («Pasados interrumpidos/ Memorias a destiempo«, «Presentes otros/ Tiempos alterados«, «Futuros (im)posibles / Comunidades por venir» ) , cada autor vincula su obra a un punto de vista propio, desde la violencia de la escena de un crimen o la disolución de figuras de hielo a través de la fotografía, el vídeo o el lenguaje. En un equipo titular de artistas en más que buen estado de forma, destacamos algunas de las creadoras participantes:

TATIANA ABELLÁN (Murcia, 1981) es artista interdisciplinar e investigadora de la UM, ha participado en diferentes proyectos y estancias en España, Inglaterra y Nueva York y ha expuesto en varias galerías bajo el comisariado de 1er Escalón. En la actualidad lucha con su tesis La sutura imposible. Muerte y experiencia estética en la obra de Teresa Margolles. En esta muestra, las fotografías antiguas le sirven de base para reflexionar sobre el pasado.

Foto de La Opinión.

CLARA BOJ constituye «tándem creativo» con Diego Díaz. Nacidos en Murcia y residentes en Valencia, Boj es Doctora en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia e investiga junto a Díaz el diseño de ambientes interactivos como los proyectos que podemos ver en su interesante web lalalab, «Guia Sonora Ciutat Vella» o «Las calles habladas». En «Gramáticas…» los artistas utilizan las imágenes para crear una visión global de la sociedad.

MARIA JOSÉ CLIMENT se formó como arquitecta en Valencia, Bruselas y Tokio, y compagina su trabajo como tal con el de profesora. Sin embargo, quien conozca a esta artista sabe que las etiquetas se le quedan pequeñas: misteriosa y encantadora, transgresora y dulcemente siniestra, culta y mística, sobresale de los cánones su particular visión de la vida no solo en el ámbito académico, sino en el personal. Como guinda, es la bajista y voz femenina de Los Alambres, uno de las mejores bandas, inclasificables como ella, que pueblan las cloacas murcianas. Climent da en La Conservera su particular visión de un presente alterado colocando el foco en la huella de la violencia.

La muestra podrá visitarse hasta el próximo 20 de marzo.