La navidad trae recopilaciones, grandes éxitos, reediciones y cajas especiales con contenido requetextra para que no te duela pagar más por lo que ya tienes o por lo que se publicó hace ya años. Sin embargo, esta estrategia de marketing también nos da algunas alegrías si al menos sirve para devolver a ciertos autores el prestigio que en su día se les negó o la atención que nunca se les prestó. Es el caso de Svetlana Aleixievich, quien consiguió este año el Premio Nobel de Literatura y que gracias a él ha visto cómo vuelven al mercado algunas de sus obras más señaladas, como la que esta navidad edita en castellano Debate: «La guerra no tiene rostro de mujer«.

Originalmente escrita en 1983, en su día se boicoteó su publicación en su propio país por considerarla un canto al pacifismo. «La guerra no tiene rostro de mujer» cuenta los testimonios de las mujeres soviéticas que lucharon y sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial y el impacto de la misma en un país y una parte de la población. Considerada como una de las grandes obras del periodismo de investigación y etiquetada como «novela colectiva», la autora consigue tejer, a partir de entrevistas orales realizadas a muchas mujeres, un testimonio real, humano y lejos del sensacionalismo que esta etapa negra podría revelar.

Alexievich nació en la Ucrania soviética en 1948 pero se crió en la república soviética de Bielorrusia. Estudió periodismo y a ello se dedica hasta el día de hoy, compaginándolo con la docencia y la escritura. Entre sus grandes libros, «Voces de Chernóbil. Crónica del futuro«, original del 97, fue también reeditada por Debate el pasado enero y conforma un testimonio esencial de la catástrofe nuclear más dura, o «Los chicos del latón«, que también veremos próximamente en castellano en nuestras librerías, donde  hablan madres de soldados soviéticos que combatieron en Afganistán y, tras la caída del régimen se suicidaron. Periodismo verídico y duro pero indispensable para entender una parte de la Historia, que incluso le valió la huída de su propio país tras la amenaza del gobierno bielorruso del presidente Lukashenko.Tras el reconocimiento internacional y recibir el Nobel, Alexievich se convierte en la primera escritora de no ficción con en recibir este premio en un siglo.