Tiene que darte risa primero, cosica después, y fulgurante indignación por último lugar, cuando recibes un burofax apelando a dejar de usar un término que ya es en sí un nombre propio utilizado por cualquier medio o persona, previa amenaza de denuncia. Esto les pasó a Fiebre Photobook, la muestra que pretende acercar la fotografía publicada en varios formatos y cuyo elemento central, el «fotolibro», es el término en discordia. La empresa privada Fotoprix reclamó la patente de dicha palabra al registrarla en 2005 y parece ser que los responsables de Fiebre recibieron el aviso de eliminar tal vocablo de sus actividades, programación y autores. ¿Una gilipollez consumada? ¿Cada vez que digamos «fotolibro» hay que echar un penique al tarro de los tacos? Pues ni tenemos un duro ni comprendemos que hasta el lenguaje se privatice en tal escala. Y como además resulta que Fiebre es uno de nuestros eventos favoritos, apoyamos su manifesto #Fotolibres y deseamos el éxito absoluto, un año más, de esta fiesta de la imagen y la edición alternativa.

Fiebre Photobook (el término que ahora deben utilizar para evitar problemas) se celebra en diversas localizaciones de Madrid como la Casa del Lector del Matadero, y es mucho más que una feria del fotolibro: becas como «DIWO. Do It With Others. Prácticas autoeditadas en los lenguajes de la imagen» , las maquetas y ganador del premio Fiebre Photobook Festival DUMMY AWARD, talleres como el que imparte Erik Kessels, exposiciones como las de Michele Tagliaferri, y sobre todo encuentros entre profesionales y aficionados que hacen crecer el sector y la disciplina del fotolibro. Editoriales como BlackMountain Books, Ca l´Isidret, Cabeza de Chorlito, Caravanbook, Dalpine, Dispara, Ediciones Anómalas, Ediciones Rua, eDIcYones, Editorial RM, Fanzinant, Fuego Books, Ivorypress o La Fábrica y autores como Alberto Feijóo, Alexandra Lethbridge, Esmeralda Zapparoli, Erik von Frankenberg, Igor Retana,  Leo Simoes,  Mª Antonia de la Vega,Ros Boisier o Virginia de Diego expondrán sus obras y debatirán del brillante futuro de este elemento.

Pero la noticia y el gustazo de este año es la intervención en el festival de Fuego Books, la editorial murciana comandada por los hermanos Ángela y Gustavo Alemán. «Creemos en el fotolibro como un soporte ideal par hablar del mundo y las personas que lo habitan, para contar historias abiertas y para evocar emociones complejas. Queremos hacer crecer este fuego y lo alimentaremos con libros hermosos, libros peligrosos, libros que queman«, explican ellos mismo en su web. Veteranos en el campo de la imagen y el diseño, fueron los responsables de la preciosa galería «Gatos de Marte», que a pesar de desaparecer de la calle quedará siempre como pionera entre las empresas locales más arriesgadas, bonitas y reivindicativas de la profesión que hayamos tenido la suerte de tener en Murcia, compaginado la venta de publicaciones y regalos con la exposición en pequeño formato, en cuyas paredes expusieron artistas como Blanca Galindo, Ana Himes u Olivia Bee.

Galería y logo de «Gatos de Marte».

Cuando el negocio cerró la creatividad tuvo que buscar otros afluentes, y Fuego Books fue el germen perfecto, pues el fotolibro era para ellos una forma natural de expresión. «Ante el aluvión de imágenes entre las que nos movemos día a día, imágenes que no nos dejan huella alguna, nos parece que encerrar unas cuantas de esas imágenes entre dos cubiertas, aislarlas del torrente e intentar contar cosas, ideas o experiencias con ellas es un propósito que tiene mucho de romántico y algo de revolucionario. Es una mirada al pasado y a la vez un desafío para el futuro: creemos en las imágenes y nos resistimos a consumirlas pasivamente. Creemos que pueden llevarnos más lejos de donde nos llevan y comunicar ideas más complejas. A nuestra modesta manera, queremos contribuir a ello.» comentaba Gustavo en una entrevista en Ah!Magazine. 

Gustavo Alemán en el Alibaba Festival de La Postiza. Foto de Julián Garnés García.

Gustavo Alemán también es el autor de «(No) soy de aquí»(editado por La Kursala), un fotolibro costumbrista y global, divertido y con mala leche, una auténtica declaración de intenciones sobre su visión de este pueblo destroyer y ranciofact que es nuestra Murcia, sumido en todas las crisis posibles que el creativo describe visualmente con amargo humor e impactante empatía. Fuego Books, por su parte, posee en su catálogo dos títulos bien diferentes: «Country Fictions» de Juan Alballe y «Up Around The Bend» de Christian Lagata. El primero trata de la relación del espacio rural con la promesa de una sociedad diferente, una visión de la naturaleza que rompe con lo establecido dentro de la fotografía de este tipo. Completan la obra del madrileño Aballe un ensayo de Eduardo Momeñe y Jaime Narváez en diseño. La última adquisición de Fuego Books, «Up Around The Bend» (2015) es una reflexión del propio autor sobre sus raíces e identidad en un  entorno tan artificial y mágico como Rota y su base Aeronaval, dividida entre la influencia gaditada y las tradiciones impostadas de Estados Unidos.

Image of Country Fictions / Juan Aballe

Image of Country Fictions / Juan Aballe

«Country Fictions»

Image of Up Around The Bend / Christian Lagata

Image of Up Around The Bend / Christian Lagata

«Up Around the Bend»

Photobook o fotolibro, la joya está ahí: un nuevo soporte para disfrutar de la fotografía, una obsesión para los fetichistas de las ediciones impresas, cada vez más cuidadas y originales, y una forma diferente de entender la realidad. Enhorabuena a Fuego Books por poner a Murcia en el mapa del fotolibro: les seguiremos la pista a su paso por el festival Fiebre Photobook, del 10 al 13 de diciembre los libros que queman toman la capital.