Bendita noche de viernes la de este fin de semana en Madrid. Teloneando al que puede ser uno de los mejores artistas masculinos que ha dado la música actual, Pockey Lafarge, llegó Sallie Ford y su banda para calentar a un público más que entregado. El Teatro Barceló sigue la horrible tradición que persigue a los edificios históricos de las grandes ciudades de renombrarse según la marca que más pague por sobrevivir (ahí está el antiguo Palacio de los Deportes, ahora Barclays Center, el teatro Hägen Dazs- Calderón o peor aún, la parada de metro «Sol-Vodafone») aunque el sonido suene con una calidad más que aceptable. Ford ofreció un espectáculo divertido y fresco antes de dejar entrar al monstruo Lafarge y su increíble banda a dejarnos con la boca abierta.
Sallie Ford presentaba su primer disco en solitario, «Slap Back«, con el que capiteanea su banda de chicas después de dejar The Sound Outside, su anterior grupo, y tomar las riendas de composición y producción. Alejada del sonido rockabilly de su primera formación, Ford se sumerje en el powerpop más refrescante, música para pasarlo bien, cierto regusto por los 90 sin alejarse de una atmósfera sesentera, y siempre con una pose de nerd de cafetería retro con la que nos lo pasamos teta.
Su concierto de Madrid fue acertado, divertido y muy digerible: lo poco que pedimos cuando es viernes noche y the girls just wanna have fun. Ni su batería es una virtuosa ni la propia Ford puede separar demasiado sus gafas de los acordes de la guitarra, pero nos quedamos con la actitud, descuidada, infantil y optimista, y con las canciones, auténticos temazos para cantar en el coche cuando sales de trabajar, la definición de alegría que dura unas horas, pero es inigualable. «Slap Back» supone el principio de un largo camino por andar para esta frontgirl y su banda pero que de momento ya nos ha dejado la sonrisa en la cara.