El C-FEM (Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia) nace en el 2012 «con el fin de aumentar la oferta cultural y cinematográfica de la ciudad y Región de Murcia, así con voluntad de un crecimiento sostenible y siempre muy ligado a la promoción y difusión de obras de calidad«. Impulsado por el apoyo institucional, pero sobre todo de particulares y locales amigos (La Azotea, 12ymedio) se ha conseguido, con mucho trabajo y esfuerzo, una nueva edición del festival en el 2014.
Presumiendo de una excelente sección oficial (algunas ya han pasado por Sitges) como «Panzer Chocolate», «Faraday», «Capa caída» o «Zarpazos», sección de cortometrajes, retrospectiva al universo «Hammer» y broche de oro con la proyección de «Metrópolis», musicada en directo por Alfonso Alfonso de Schwarz. Es de la muestra-homenaje a «Hammer films» de donde sacamos nuestra inspiración para el post literario de hoy: el pasado sábado se proyectó «La maldición de Frankenstein» (1957) (tenemos que decirlo, ¡con un monstruo de look bastante mod!) basado en el popular libro de Mary Shelley.
Mary Wollstonecraft Godwin (Londres, 1797), hija de los pensadores Mary Wollstonecraft (autora de “Una reivindicación de los Derechos de la Mujer”, cuando tenía veintiún años) y William Godwin, se convertiría en Mary Shelley al casarse con el escritor Percy Shelley. De pequeña jugaba en el cercano cementerio de Saint Pancras, donde aprendió a leer en lápidas y en cuyas calles conoció a su esposo.
Que no era una mujer convencional ya lo sabíamos. Cuando Shelley murió en Italia en un naufragio, la escritora mandó enterrar el corazón de su esposo (cuyo cuerpo debió quedarse en Roma por la ley sanitaria) junto a ella en su tumba de Inglaterra, según dicen, envuelto en una página del «Adonais». Continuos nómadas, eran la expresión máxima del Romanticismo: mientras los valores tradicionales asfixiaban su creatividad, sus conocidos -incluso sus hijos- morían a su alrededor, y ellos no podían dejar de moverse.
También es conocido que este creepy «Rat Pack» lo completaba Lord Byron, amigo de la pareja y compañero de sus viajes, y que en una noche de tormenta, Mary creó la que sería la historia de «Frankenstein o el moderno Prometeo«. Lo gótico, los profanadores de tumbas, el terror hacia los avances de la ciencia y los paisajes macabros son el telón de fondo de todo un género y un clásico atemporal que sigue sirviendo de inspiración en la literatura, el cine o la música. Una autora genial que ideó un monstruo físico que representaba todo lo que se criticaba de una época oscura, y en el que aún hoy nos podemos reflejar.
