Volvamos a la base. Tras semanas de «irnos» de festivales, en el blog le damos de nuevo la mano a esas artistas que hacen de nuestro día a día, de nuestro camino al curro o de nuestros momentos de ira y alegría un momento mejor. Hace unas semanas que lo nuevo de Ellen Kempner nos está ayudando a llegar a fin de curso, así que, ¿por qué no compartirlo con vosotras? Otra voz americana que sin embargo suena honesta y real, tanto su proyecto como su personaje. Ya está aquí, después de dos años de espera, lo nuevo de Palehound.

Palehound's new album, Dry Food, comes out August 14

A Place I’ll Always Go es el último y recién estrenado disco de Palehound, la banda que comanda Ellen Kempner. La joven de Connecticut (1994) es hija del compositor Jim Kempner y heredó desde joven la pasión por la música y la guitarra, llegando a montar en el instituto una banda llamada «Cheerleader». Al trasladarse a Nueva York en 2012 los proyectos más serios comenzaron a llegar, como su colaboración con Carlos Hernandez y Julian Fader de Ava Luna, las actuaciones en directo y la grabación de lo que había sido un tema creado «en un dormitorio», «Pet Carrot», su primera referencia en EP,  Bent Nail (2013) Después llegaría el los álbum Dry food (2015) y ahora lo nuevo que te presentamos, A Place I’ll Always Go (2017) con Polyvinyl Records.

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Pero lo que hace especial a Kempner, además de una portentosa voz y un dominio único de la guitarra que nos recuerda a nuestra idolatrada Courtney Barnett, (y hasta a veces a nuestros idolatrados Weezer) es el subfondo de sus letras, intenciones y metas musicales. En este último trabajo ha dejado el miedo atrás y se ha desnudado emocionalmente por completo, tocando temas como el amor después de la pérdida, la culpa de sentirse feliz después de la tragedia, o la carga de la homosexualidad con una personalidad reprimida hasta su posterior liberación. Kempner abandera ahora el movimiento queer-proud gracias a la valentía de no dejarse pisotear por las presiones exteriores, y por las más graves, las que a veces nos imponemos nosotras mismas. «Toda mi vida he visto mi homosexualidad como una maldición, hasta que me di cuenta de lo que realmente era: un enorme don y una fuente inconmensurable de amor y felicidad para mí.», contaba en una entrevista en The Fader.

Ahora en Palehound con ella a la voz y la guitarra, Jesse Weiss a la batería y David Khoshtinat al bajo, está preparada para una de las etapas más sinceras de la banda: ansiedad, intimidad, pero también felicidad. «If you met her», «Room» son nuevas joyas a unirse a un repertorio de nuevos clásicos como «Molly» o «Cinnnamon», prueba irrefutable del talento de Kempner, armada con su inseparable Harmony verde y lista para una nueva etapa en la que hay más de rock y punk melódico que de folk pero cuya base es la sensibilidad innata y las ganas de un nuevo Palehound.