Los obituarios en caliente no son la especialidad en esta casa, pero hoy debemos cambiar el plan que teníamos preparado para nuestro lunes musicales por una buena razón. Ha muerto Paloma Chamorro, la que fuera una de las presentadoras más audaces de la televisión, famosa por dirigir «La edad de oro», el programa musical que marcó a toda una generación en los 80 en España. Nuestro homenaje va para ella: a pesar de no ser música, sí representa una época de libertad musical, donde sobrepasar límites no era tabú ni se constreñía a «la libertad de expresión». Es un homenaje a la televisión musical, tristemente fusilada de nuestro país en una televisión pública que cada vez cumple menos su función de servicio para todos. Nuestro compañero de radio en Tímpanos y Luciérnagas, Romu López, expresa muy bien nuestros sentimientos ahora mismo: «Aprovecho la muerte de Paloma Chamorro para recordar el tratamiento promocional, mercantilista, indocumentado y asqueroso que se le da a la música en los medios generalistas, aún más en la tele, empeñados en retratar la realidad cultural y musical de los tontos. Nada para lo mínimamente arriesgado, nada para lo que no pase el filtro de la mediocridad, nada para la música de verdad sea del género que sea. Todo para el sesgo informativo y la imbecilidad. DEP Paloma Chamorro y gracias por la Edad de Oro, que ha estado formando a los jóvenes bastante más allá de los años 80″. 

Estos días leeréis artículos y esquelas desarrolladas mucho más detalladas y completas que cualquier obituario que podamos redactar aquí. Pero sí que podemos decir que Chamorro fue un animal del periodismo cultural nacional. En TVE (sí, la misma que hoy le da espacio a Cárdenas) presentó programas de divulgación cultural, artística y literaria como «Galería (1973-1974), Cultura 2 (1975), Encuentros con las artes y las letras (1976-1977)Trazos (1977) o Imágenes (1978-1981) que le permitieron entrevistar, entre otros, a personajes de la talla de Salvador Dalí o Joan Miró.» (Wikipedia). Después llegaría «La edad de oro«, el programa de actuaciones musicales en directo que tanta fama le daría. Hoy, esos vídeos escandalizarían por su libertad absoluta en el tratamiento de este tipo de programas. Olvídate de ver algo así en la televisión de hoy.

«Con gran amor al arte, La edad de oro nació con la reunión de Kaka de Luxe y suspiró por última vez con la transmisión en directo del histórico concierto de The Smiths en el paseo de Camoens de Madrid. Si en la madrileña sala Rock-Ola se concentraba el ambiente cultural por las noches, La edad de oro fue concebido como la cita semanal con las cámaras de esa bohemia. En horario prime time, el programa se hizo rápidamente un referente de vanguardia generacional, aunque a la presentadora le cayeron algunas críticas por su falta de experiencia. Sin embargo, nadie podía haber dado tanto magnetismo en antena como ella, que, aparte de hacer buenas entrevistas y presentaciones muy certeras, simbolizaba ese éxtasis caótico y fresco de la escena musical de aquellos inocentes y libres ochenta.» (Fernando Navarro, El País)».

No podemos dejar de destacar la mojigatería contra la que luchaba la periodista y que le costó la decadencia. Acusada de ofensa a la religión  por aparecer en antena con un crucifijo rematado por la cabeza de un cerdo, el sector más conservador aprovechó para atacar ese resquicio de aire underground que querían hacer fuerte en una España aún miedosa de soltarse el pelo. Después de aquello TVE la retiró a programas menores, y aunque ella siguió dirigiendo documentales y proyectos propios, siempre la recordaremos como esa rara avis afterpunk que se enfrentó, aunque fuera a través de un tubo catódico, a ese rancio sector de la sociedad española que tan bien conocemos hoy. Hasta siempre, compañera.

*Foto de portada, archivo.  Quim Llenas.