Nuevos tiempos, nuevas artistas. Ya nada es como lo conocíamos: ni los medios, ni la industria, ni los propios sonidos. Adaptarse o morir. Crear algo nuevo o desaparecer en el olvido. Agarrada a esa filosofía que pretende sobre todo escapar del aburrimiento parece Bunty, la artista inglesa que ha arrojado un prisma de luz a la escena underground londinense con su nuevo álbum, «Multimos«. Necesitamos sangre nueva para levantar nuestro lunes y Bunty viene dispuesta a hacernos una transfusión de energía.
Bunty es el álter ego de Kassia Zermon. Natural de Londres, esta multinstrumentista, compositora y performer ha conseguido aunar las influencias empastadas de su West London natal para formar unas canciones que suenan a microorganismos por sí solas. Pionera en el loop vocal digital, usando sonidos africanos y haciendo una electrónica orquestal en pequeño formato, ha conseguido llamar la atención de propios y extraños. Los samples de pequeños sonidos y ruidos casan perfectamente con su voz, melodiosa y dulce y agresiva cuando toca. «Esos arañazos al sonido, trocitos minúsculos cantados en lenguas que no existen, en texturas y tonos que se agrupan en la cajita que yace a sus pies…puta magia«. Lo dice la crítica de su país, y no suena a broma. «Multimos» provoca de todo menos indiferencia.
También su forma de trabajar es peculiar. Ha lanzado de forma autónoma «Multimos» durante 8 semanas, publicando cada vez un paquete con música, película, contenidos de audio extra y hasta material solo apto para una app de Bunty creada de forma propia. Su último vídeo, publicado este pasado viernes parece una nana para enamorados: «Way Out» tiene armonía sobre todas las cosas y cuenta la historia de amor de dos hombres a través de sus movimientos. Realizado por el joven cineasta Andy Sowerby bajo la coreografía de Pepa Ubera, el film es otra muestra del cariño y cuidado con el que Bunty recrea su mundo musical.
Además de Bunty, Kassia Zermon participa como vocalista del grupo de dub reggae Resonators y de la banda de pop psicodélico Le Juki, demostrando que un solo proyecto se le queda corto a esta artista total. Como si de un sueño se tratase, han categorizado sus conciertos como «entrar a investigar en «Charlie y la fábrica de chocolate«». Entre la realidad y vigilia, Bunty propone dejarse llevar.