Londres vive su pequeña gran rebelión a causa del cierre de una discoteca. Puede parecer que los ingleses no han superado la ruta del bakalao, pero es solo la punta del iceberg. El cierre del club Fabric, centro neurálgico de una era artística y también festiva de un Londres que ya no es, ha originado una contenida protesta sobre la muerte de la «noche-cultural» de la capital en favor de un modo de ocio consumista y capitalista (sorpresa) del que muchos habitantes locales no quieren formar parte. Encaminándose hacia un nuevo modelo que haga de la ciudad lo que fue, el festival Afropunk se convierte en un revulsivo para quienes buscan la esencia del london calling. Este fin de semana en la capital inglesa tiene lugar el festival de música y artes que hace del multiculturalismo un movimiento propio.
Nacido en 2003 con la producción del documental «Afropunk«, cuyo objetivo era reivindicar la importancia de la cultura negra en la escena punk norteamericana, su manifiesto a favor del DIY, el pensamiento radical y el inconformismo social se expandieron más allá de las pantallas para crear toda una comunidad. En 2005 su espíritu se materializa en el festival multidisciplinar en la Academy of Music (BAM) de Brooklyn para convertirse en un emblema del barrio. Actualmente el Afropunk (AP) cuenta con más de 7 días de festival, 40 artistas en su line-up, parques y exhibiciones de skate y BMX, cine, música y artes visuales y dos filiales europeas, en París y en Londres, donde tiene lugar hoy y mañana 23 y 24 de septiembre.
El Afropunk londinense se celebra en Alexandra Palace Saturday, con el subversivo espíritu original por bandera. Decenas de bandas en directo con una fuerte representación femenina como Laura Mvula, Sza, The Noisettes, Hanna Faith, Lady Leshurr, Eden Hagos, Skinny Girl Diet, Jorja Smith, Purple Ferdinand, Vodun, o nuestras preferidas, Big Joanie y Nova Twins. Y de cabezaca de cartel, la grandiosa e icónica Grace Jones. Además preparan una extensa agenda para el «After dark», un sinfín de actividades, desde shows de comedia hasta performances pop-up, para que no decaiga la fiesta cuando terminen los conciertos.
Grace Jones
Los eventos paralelos al festival musical también merecen un vistazo. Arte urbano, mercadillo y extensa oferta gastronómica para llevar la cultura negra más allá de los límites de lo establecido. Nosotras nos quedamos con la estupenda exposición de la fotógrafa Liz Johnson-Artur, la artista que lleva más de 25 años reivindicando el papel de los negros en la cultura a través de su objetivo. La muestra, titulada «London: See Me Here! A unique night photographic installation», un feedback sobre la imagen y su poder antropológico para «celebrar o demonizar» un colectivo, usando material propio y archivo del Black Cultural Archives del Museo de Historia de Londres.
Imposible no alucinar con el ambiente de otras ediciones como la neoyorquina. Absolutamente brillante.
