Hoy 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos, una oportunidad para fomentar el conocimiento y uso de estos espacios ahora más necesarios que nunca. Más allá de lo que proclamó la ICOM en el 77 para promover este día (“los Museos son un importante instrumento para el intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas y en el avance del mutuo entendimiento, de la cooperación y de la paz entre los pueblos”) nos interesa el enfoque novedoso que las instituciones hagan de estos lugares, que deben ser reflejo de la sociedad que albergan, adaptándose a ella más allá que un mero contenedor de obras valiosas. Por eso, las actividades paralelas, exposiciones itinerantes, visitas infantiles, o la reciente iniciativa de la Noche de los Museos dan pie a un uso y disfrute más alternativo de estos espacios de cultura pública. Este 2016 son muchas las propuestas para su celebración, desde llevar la música a su puerta como el especial de retransmisión de todo el día de Radio 3 en el Reina Sofía, la jornada de puertas abiertas al «árbol de los deseos» de Yoko Ono en el Guggenheim hasta la entrada gratuita en museos de todo el mundo pasando por las actividades en Murcia de las que os daremos cuenta en nuestra página a lo largo de la semana.

Y aprovechando la ocasión, nosotras viajamos hasta Suecia para dar con el llamado «primer museo feminista del mundo«, que se abrió en 2014 en Umea (Suecia) para celebrar su posición como capital de la cultura. Habrá a quien le parezca absurdo dedicar un museo a esta causa, pero cabe recordar aquellos dedicados a la historia y cultura afroamericana o latina, como parte de sectores en minoría, que orgullosos hacen memoria y se sitúan ante los que no quieren ver otras realidades. El Kvinnohistoriskt Museum pretende cubrir los huecos que la historia ha dejado en blanco sobre los derechos de la mujer y su papel en el pasado y futuro, y solo por eso ya vale la pena.

Pero este museo es mucho más. En 700 metros cuadrados se discute de género, poder, identidad e historia. Sus principales objetivos son democratizar el feminismo y también ilustrar el trabajo de las artistas en cuanto a obras y conocimiento. Para ello proponen una acción de choque que empondere a la mujer teniendo su espacio propio, también en un museo. En la actualidad son dos las exposiciones principales que alberga: «Citing a city», sobre la propia ciudad de Umea y su compromiso con la causa: no en vano allí la mitad de los representantes políticos se autodefinen como feministas, existe un partido Iniciativa Feminista que tuvo suficiente popularidad como para presentarse a las elecciones, y es un estado que se sitúa en el cuarto puesto en el índice global de la brecha de género. La otra expo se titula «Roots- a tangled history», que explora las normas tradicionales impuestas a hombres y mujeres y que arroja luz sobre un nuevo posicionamiento femenino en la historiografía.

Diferentes actividades y obras presentes en el museo.

Echando un vistazo fuera de las fronteras del Kvinnohistoriskt descubrimos también otros lugares que ya habían fijado su atención en la mujer como figura de estudio en un museo desde la década de los 80 con el  National Women’s History Museum en Estados Unidos, creado por Karen Stase, o los recién inaugurados Museo de las Mujeres en Turquía, el Museo del Género en Ucrania, y el Museo de la Mujer en Buenos Aires. El objetivo es seguir reforzando la presencia de forma activa, viva, comprometida e inclusora, y para ello no hay que quedarse en los edificios: comisarias, mecenas, artistas y público, todos deben estar unidos en favor de un arte responsable y enriquecedora.