Hablamos hoy de una de las mejores tenistas españolas de todos los tiempos y de la que se está pasando como un adolescente de una madre enervada, Garbiñe Muguruza. Hace unos días que consiguió el número cuatro mundial de la lista WTA tras ganar el grand slam de Pekín. ¿No te habías enterado? Normal, es que Cristiano Ronaldo tenía estreñimiento y a Messi le han regalado un pijama. Las cosas realmente importantes son lo primero.

Muguruza (Venezuela, 1993) es hispano venezolana y empezó a jugar al tenis con tres años en su país de nacimiento. Ya en el País Vasco se curtió en la Academia Bruguera. Este 2015 ha dado su gran salto definitivo, pues a pesar de haber empezado el año con una grave lesión quedó finalista en el torneo de Wimbledon contra la mismísima Serena Williams. Aunque perdió contra el portento eterno que es la Williams, Muguruza se ha ganado el respeto de la federación y el público.

Muguruza, como Mireia Belmonte, son ese grupo de  grandes deportistas españolas que están haciendo historia y que, a pesar de estar en un segundo plano, tienen el «privilegio» de ser mínimamente mediáticas y conseguir contratos publicitarios. Aún así, los medios siguen tratándolas de forma muy distinta a sus compañeros. Podéis terminar de reir o llorar en el artículo de Iñako Díaz-Sierra «Las piernas de Garbiñe Muguruza».