Mareike Geiling es una estudiante alemana que tuvo una idea bastante simple: cuando, al conseguir una beca en El Cairo, pensó que tendría que alquilar su habitación de Berlín a alguien, decidió que en su lugar alojaría a una persona refugiada. Para subsanar los gastos reales del piso, reunió ayuda y micromecenazgo de amigos y conocidos. Sencilla y tan extraordinaria a la vez, esa idea fue la semilla para «Flüchtlinge Willkommen» (Bienvenidos, refugiados), una web que actúa de intermediaria para poner en contacto particulares con alojamiento gratuito para refugiados con necesidades y que hoy cuenta con miles de socios en Alemania y que no para de crecer por toda Europa.

El equipo.

Geiling dio el primer paso pero no estuvo sola. Con la ayuda de su novio Jonas Kakosche, que se encarga de la difusión internacional del proyecto, y la trabajadoras sociales Golde Edbing y Lena Grote, que ayudan con la adaptación y temas legales y financieros a las personas con dificultades en su documentación, este equipo ha logrado un entramado perfecto que va más allá del mero alojamiento: se busca concienciar y hacer más fácil la integración de los refugiados, sobre todo teniendo en cuenta la crisis actual (donde solo en Alemania se cuentan más de 800.000 y se sufre una de las oleadas racistas más graves del país en la época moderna). Con un ideario como «estamos convencidos de que los refugiados no deberían ser estigmatizados y acinados en centros. Creemos en otra cultura más humana, la de dar la bienvenida a esta gente como un hogar».

El proyecto está profundamente estudiado. Se hacen entrevistas para compatibilizar caracteres y asegurarse de que la convivencia será perfecta, además de establecer un contrato «humanitario» donde ambas partes confirmen su voluntad de hacer que la relación funcione. De momento le avalan más de un millar de personas que ofrecen su hogar y más de otras 1000 que solicitan ser acogidas. Se puede apoyar este proyecto ofreciendo una habitación y se facilitan diversas formas de financiación para que el particular no tenga que hacerse cargo del pago del alquiler solo. También aceptan donaciones a nivel particular desde su web.

Geiling le dio una oportunidad a Bakari, un inmigrante de Mali que llevaba meses viviendo en la calle. «Flütlinge Willkommen» en la prueba perfecta de que la gente, y en particular la joven, está solucionando a pequeña escala los problemas que el gobierno no sabe, o no quiere solucionar.