«Cariño, tenemos que hablar de lo nuestro». ¿Se te ha helado la sangre? Más se te helará cuando escuches el nuevo sencillo de Christina Rosenvinge, «La muy puta», oscuro como la sangre de verdad, de organillo aterrador y desgarro de guitarra gótico, sobre la voz siempre indescriptible de la Rosenvinge. La cantante madrileña saca nuevo disco en 2015 de la mano de Raül Fernández Miró, y en su propio facebook explica su sed de cambio:

«Después de que se editara la caja recopilatoria «Un caso sin resolver» (Warner, 2011) la inercia parecía llevarme a ese momento en que los músicos se dedican a darse el gusto de regrabar sus clásicos (recoger la cosecha, lo llaman). Pero qué quieren que les diga, mirar hacia atrás se me da muy mal. Si meto las manos en los bolsillos, siempre encuentro nuevas semillas que mutan gracias a la experiencia y la curiosidad a partes iguales. Me es imposible negarme a tirarlas al aire a ver qué pasa.»

«Las circunstancias parecían alejarme del pop confesional y el formato semi-electrónico encajaba especialmente bien con la temática cuasi metafísica de las letras, que giraba alrededor de las múltiples crisis que crecían a mi alrededor amontonándose sobre mis pequeñas crisis personales, muy serias las primeras y muy cómicas las segundas. Cuando tuve más de una decena empecé a grabar con Raül. Era junio de 2013. Enseguida se hizo patente que tenía más sentido hacerlo así, entre los dos, mano a mano y por capas, que montar una banda como había hecho otras veces. Una vez terminado, a final de verano, me pareció que un gesto rompedor como es este disco, no podía publicarse bajo un esquema conservador. Así que, con la paciencia que da tener alguna cana ya, me senté a esperar que pasara por mi puerta un nuevo convoy de soñadores mientras reclutaba mi propia tropa de voluntarios, la ilustradora Paula Bonet Illustration entre ellos. Así es como he llegado a El Segell del Primavera.»

Es imposible describir en uno de estos breves posts toda la carrera de Christina Rosenvinge y lo que ha significado para la música española independiente en general y las frontwomen en particular (aparte de que ahora le de por vender cerveza, que también se lo tiene merecido). Con una armada de fans totalmente devotxs, Rosenvinge es uno de los animales musicales más importantes de la escena musical de las últimas décadas, habiendo participado en bandas-iconos como Alex y Christina o Christina y los Subterráneos. Hace tiempo que cabalga sola y cada año le sienta mejor. Esperamos con ansia el esperado nuevo disco, «Lo nuestro», y que sus canciones nos vuelvan hacer estremecer como de costumbre. La Rosenvinge volverá a este blog, seguro, para hacerle un homenaje como se merece. Hasta entonces, os dejamos sus últimas declaraciones via facebook, como siempre, entre acertijo o balbuceo lisérgico, esta mujer es una religión:

«Siento llegar tarde una vez más. No es que el metro se haya roto o que la caldera haya explotado, esta lentitud debe formar parte de un plan maestro. He pasado otra noche en danza. Esta vez era un cementerio, pero no era un lugar lúgubre, era fresco y exuberante como un jardín tropical. Las tumbas eran peceras inmensas donde nadaban peces de todos los colores imaginables. Había miles de mariposas a mi alrededor y enormes magnolios donde los pájaros conversaban cantando entre las ramas. Yo iba saltando feliz de piedra en piedra sin ropa alguna. Más allá del muro, era el mundo el que estaba habitado por fantasmas.»