Atención chavalas vestidas de American Apparel y skinny jeans que rasgáis la guitarra y usáis el mástil para perfeccionar vuestros selfies: hoy toca lección de historia. De historia de la música más genial y auténtica, con una de las leyendas no del todo reconocidas del blues de una época: la señorita Beverly «Guitar» Watkins os va patear el culo. Y decimos señorita, pero hablamos de una abuela de 75 años que probablemente haya vivido más de lo que a algunos nos gustaría imaginar.

Nacida en Atlanta, Georgia en 1940, empezó a tocar la guitarra a las 12 años, y en el instituto ya tenía un par de bandas con las que giraba por los estados vecinos. Tras conocer al mítico William «Willie» Lee Perryman, alias Piano Red (o Dr. Feelgood), formaron un grupo y consiguieron un gran éxito con los singles  «Dr. Feelgood» y «Right String But The Wrong Yo-Yo».

Sin embargo, tras su separación Watkins dejó de girar con banda propia y se dedicó a secundar otros grandes artistas, como Eddie Tigner and the Ink Spots, Joseph Smith and the Fendales, Leroy Redding and the Houserockers o los renombrados B.B. King, James Brown o Ray Charles.

Aún en la oscuridad, Watkins nunca abandonó su guitarra y en el 99, con la llegada de una incipiente Internet, el Music Relief Foundation la rescató del olvido y la artista se lanzó a una serie de conciertos en grandes festivales y homenajes en su ciudad natal, además de la grabación de un nuevo álbum, «Back in Business» . Formó parte del festival Blues Woman Power como icono absoluto y todavía hoy hace pequeños bolos, permaneciendo para siempre como figura indiscutible del blues americano más underground y ejemplo de lucha y pasión en un género tan masculino como preciosista. Como reza su ideario, «don’t mess with miss Watkins!».