Qué tendrá el agua de Melbourne que tan buenos demonios fabrica. Demasiado estábamos tardando en presentar en nuestro blog a Courtney Barnett, la nueva y flamante sensación australiana, que con sus pintas de weirdo y su atronadora voz ha enamorado a medio planeta, o al menos, el que tenga algo de buen gusto por las canciones que sientan como hostias y suenan  a delicia.

Hasta llegar a su aclamado EP del 2013 How To Carve A Carrot into A Rose, Barnett ha seguido un camino de aprendizaje e influencias que hacen de música algo especial, sin ser nada nuevo. Curtida en bandas de garage y grunge como Rapid Transit o Immigrant Union (con componentes de los Dandy Warhols), ha colaborado con Jen Cloher y fundado su propio sello, «Milk! Records». El single del mencionado EP, «Avant Gardener» fue nombrado «track del año» por la revista Pitchfork. Y por una vez las listas tienen razón.

Barnett compone, canta y toca la guitarra, pero también le acompaña una banda, con Bones Sloane al bajo, Dave Mudie en la batería, y Dan Luscombe a la guitarra. Sus letras tratan desde ataques de asma en olas de calor, vidas anónimas o la insoportable levedad de la vida normal en «Canned Tomatoes». Todas las canciones demuestran una personalidad propia, una voz única, capaz de levantarte de la silla y gritar «¡siii, joder!» y empezar el día de otra manera. Rock, pero también americana o folk y punteos noventeros, música adulta para esta chica de apenas 25 años que ya se está haciendo un hueco cada vez más grandes en salas y festivales. A sea of split peas es su último álbum, que vale la pena disfrutar sin complejos.

Aquí solo pudieron disfrutarla los mamones con suerte que asistieron al Primavera Sound (sin rencores, muchachos) así que ya podemos estar rezándole a la Santa Muerte para que su furgoneta vuelva a parar por estos lares. Y como último consejo, echadle un vistazo a su fanzine online dentro de su web. Arte a raudales en un cuerpecillo diminuto que explota como una granada.