El verano nos reblandece los sesos y las listas de «cosas por hacer» se vuelven un buen cuaderno de movimientos cuando nuestro cerebro no tiene ganas de funcionar bajo 40 grados. Son muchos los propósitos que nos hacemos en verano para aprovechar las horas que no hemos tenido durante todo el año, y así decimos que saldremos a correr, escribiremos la novela de nuestra vida, leeremos los libros atrasados durante el año y limpiaremos ese limón seco del frigorífico. Probablemente lo único que consigas sea respirar con autonomía a partir de las ocho de la noche, quedar con unos amigos y quejarte del negro panorama laboral que te espera en septiembre, pero, hey, al menos nuestra lista la puedes guardar, porque también es apta para el invierno. De momento, te dejamos 5 recomendaciones para darle cera en época estival, y ni son los mejores, ni están en jerarquía, sólo son, que no es poco, buenos libros:

5.- «MANUAL SOBRE EL ABORTO» de Carmen Martínez Ten, Isabel Serrano y Concha Cifrián.

Cuenta la historia de Mari Carmen Talavera y Savita Halappanar, dos mujeres de diferentes países (España e Irlanda) y diferente épocas (1985 y 2012), que murieron al no practicársele un aborto en condiciones y a tiempo alegando motivos religiosos. De este punto de partida, hsitorias reales, las autoras desgranan el derecho a la vida y la maternidad, pero también el derecho a elegir,  en una lectura que es ahora más necesaria que nunca.

4.- «MUJER SIN HIJO» de Jenn Díaz.

La verdad es que cualquiera de los libros de esta autora barcelonesa nacida en 1988 vale la pena. En «Mujer sin hijo» tenemos otra vez la lucha del Estado contra la mujer: en un país destrozado tras la guerra se impone un plan de «renovación maternal», que empieza como una cándida idea y termina por volverse una dictadura de la cría. Tres amigas que deciden no seguir los canónes tendrán que enfrentarte a toda la sociedad. Díaz, habitual de la revista Jotdown, El País o Gratine&Rainbow, ha escrito también «Belfondo» y «El duelo y la fiesta», obras magníficas para una autora que apenas rondando al treintena ya tiene un reconocido palmarés.

3.- «PEYTON PLACE» de Grace Metalious.

Escritora norteamericana que escribiría en los años 50, ama de casa que se rebelaría con «Peyton Place» el relato de un pueblo de cuyo nombre parecía no acordarse pero que sonaba muy parecido  su New Hampshire natal, con sus represiones y absurdos personajes comunes. Los secretos del pequeño pueblo tuvieron tanto éxito que «Peyton Place» se llevó al cine, si bien Metalious nunca llegó a ser reconocida como se merecía, y murió de alcoholismo en el 64. Rompió esquemas y tabúes a pesar de ser durante criticada, a lo que ella respondía: «Hasta el mismo Tom Sawyer tenía una novia, y creo que hablar de adultos sin hablar de sexo es como hablar de una ventana sin cristal.»

2.- «CUNNY» de Bunny Rogers.

La autora 3.0 de la lista, una poetisa que tanto maneja las redes sociales a su antojo como sigue provocando, en un siglo xxi cada vez más rancio, por su poemas dedicamos a su coño. Feminismo, familia y una descara juventud que vale la pena tomarse en serio.

1.- «EN GRAND CENTRAL STATION ME SENTÉ Y LLORÉ» de Elizabeth Smart.

Aunque su reedición más reciente es de hace unos años por la Editorial Periférica, la obra data del 1945, y no podía ser más actual entonces y ahora. Es una novela autobiográfica que narra la pasión de la autora por el poeta George Barker, un hombre casado del que se enamoró incluso antes de conocerlo. Escritora de culto y de convulsa vida, moriría de un ataque al corazón dejando una nutrida obra, de la que esta novela es su perla. Pura pasión y belleza que retrata la dulce agonía de la dualidad de ser mujer. Imprescindible.

No son todas, ni mucho menos. Es hora de reencontrarse con Sylvia Plath, con Virgina Woolf, con Cristina Morales o Jimina Samadú, Ana María Matute y por qué no, darle una oportunidad al moderneo de Kate Durbin y Luna Miguel. Lo que sea, mientras tenga letras que nos hagan olvidar el calor.