En la historia de la música reciente y los típicos retrospecter de la MTV (cuando ponían música) quien aunaba una obra musical maestra y además había cambiado los esquemas de la rancia sociedad americana siempre eran nombres como los Ramones, Ian Curtis o Kurt Cobain. Pocas chicas de kickass-lovin’ que se atrevieran a decir que ya estaban hartas de que las pisotearan, en los pogos, y en la vida. Y entonces Katheleen Hanna formó una banda.
Katheleen Hanna (1968) es la frontwoman del mítico grupo punk Bikini Kill, posteriormente de Le Tigre y en la actualidad con The Julie Ruin. Co-creadora del movimiento y definición del riot grrrl, activista feminista e icono de la música y la lucha por los derechos de la mujer en los 90.
Gracias al documental del 2013 «The Punk Singer» filmado por Sini Anderson pudimos adentrarnos en el perfil definitivo de la magnética artista, desde sus frustrados comienzos con el spoken word, hasta la consumación de la banda Bikini Kill, con la que consiguió la repercusión que necesitaba para dar voz a los abusos de la mujer. En la película Hanna cuenta su propia historia, pero también hablan otros grandes artistas que la acompañaron en el camino, como su esposo Adam Horovitz (de la banda Beastie Boys), Kim Gordon, Joan Jett o Corin Tucker de Sleater Kinney. Todo un retrato de una de las mujeres más influyentes de la escena punk y el feminismo global.
Tenemos a la Hanna que grita en el escenario «girls to the front!» por primera vez, la que genera odios entre los retrógrados y la compositora de himnos absolutos como «Rebel girl», pero también se nos muestra una Hanna humana y su dura lucha contra la enfermedad de Lyme. Trasmitida por la picadura de una garrapata, empieza como una gripe y se desarrolla en alucinaciones y parálisis. Mal diagnosticada durante años, Hanna tuvo que lidiar con estos síntomas hasta abandonar Le Tigre, su segunda formación, en el cenit de su éxito. Actualmente ha tenido que cancelar su última gira por agravarse la enfermedad, aunque promete volver con The Julie Ruin en septiembre de 2014.
Es imposible no emocionarse al ver el genial documental «The Punk Singer» o leyendo su propio blog, sus entrevistas (como la última que concedió a la Vice) y su retrospectiva. A sus 45 años continúa en tratamiento y sigue componiendo. Para algunos, uno de los últimos y auténticos iconos del riot grrrl americano, extremadamente bella, deslenguada y molesta, y que podía ser protagonista de sus propios temas: «Dicen que es una zorra/pero yo sé que es mi amiga/chica rebelde/eres la reina de mi mundo».