Kate Zambreno (1977) tiene que luchar con la imperiosa necesidad de la industria editorial a poner etiquetas, establecer enlaces entre escritores, o adjudicar la «reencarnación de» entre autores para que sus libros encuentren el hueco que se merecen en el aburrido mercado estadounidense. Sin embargo, las comparaciones son acertadas cuando tenemos a la protagonista de «Green Girl» inmersa en lo que en literatura inglesa llamaban «self-conciousness», término acuñado para las obras de Virginia Woolf, y aparentemente basadas en primacía al estado del «conócete a ti mismo», más misterioso si cabe si hablamos del universo femenino.

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No solo con la misma Woolf se la ha comparado. De ella han dicho: «sus libros son bildungsroman, estudio sociológico, deconstrucción, polémica, diálogo del fluir de la vida con Jean Rhys, Clarice Lispector, Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, la Biblia, Roland Barthes, y la mayoría del modernismo occidental europeo a través del proyecto Arcades de Walter Benjamin». ¿No se entiende demasiado? Quizás ni los periodistas que la deban clasificar lo hagan, pero forma parte de la pluma de Zambreno: en la psicopatía de sus palabras se encuentra su propia belleza.

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En «Green Girl» encontramos a la heroína de Zambreno, Ruth, una americana en Londres que trabaja en el departamento de cosmética de unos grandes almacenes de día y destruye todo lo que la rodea de fiesta de noche. La ansiedad del proceso de crecimiento y una sorprendente voz, siniestramente divertida, critica y comprende la alienación personal, el consumo, el deseo, la gran ciudad y el autoconocimiento. «Look at me don’t look at me look at me look at me don’t look at me don’t look.» es uno de sus mantras, que deja claro el hartazgo de lo social y lo moderno.

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«O Fallen Angel» (2010) fue su novela debut, que dejó claro que Zambreno venía para quedarse. Inspirada en la obra de la crucifixión de Francis Bacon, el retrato de la América desgajada y sus personajes femeninos tóxicos le valieron sus primeros reconocimientos, tornados en auténtico apasionamiento con «Heroines«, una novela-cuaderno de collages-ensayo acerca de su obsesión con las esposas y mitos del modernismo, parte crítica y polémica feminista, parte proyecto radical desestructurado, de la que han dicho que es «visionaria y fiera, quita el aliento».

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Mientras aguardamos a «Book of Mutter» es su esperada novela-ensayo para 2015, que ya anuncia su bizarrismo como memorias de su madre, una mujer que lleva años muerta pero que vive como un «secreto y una herida» flotantes, podemos aprovechar para visitar su blog «Frances Farmer is my Sister», esperar sentados a que sus libros se traduzcan decentemente a nuestro idioma, y descubrir una de las nuevas voces americanas, entre Lena Duham y Kafka.

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