Sobre la infinita adolescencia que vivimos esta generación se habla (demasiado) en redes sociales, (menos) en los periódicos, (casi siempre) en los bares, entre amigos, borrachos de indignación o de lo que presente la happy hour. De que el sistema nos ha hecho lo que somos, treinteañeros y cuarentones sin trabajo ni expectativas, donde formar una familia ocupa posiciones bajas en la tabla de prioridades, quizás después de algún que otro guateque o el abono de la piscina, pero siempre porque «ahora no se puede». Pero quien se lanza a esa verdadera piscina del pánico que es tener una camada puede tener que enfrentarse a muchas otras dudas, más allá de las biológicamente propias. ¿Estoy preparada para tener hijos, si todavía siento crecer en mi interior la edad del pavo?

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«Amigas con hijos» («The Stud Book«) de Monica Drake acaba de ser publicada por Blackie Books, una novela de corte cómico en el que toda aquella que ya se sonría con el título se verá identificada. En la presentación del libro se puede leer: «Un día vuelves dando tumbos de un concierto de Nirvana y al siguiente te regalan un «Vale por un tratamiento de baño de vapor vaginal en el spa Abiertos a la vida.» El cambio que representa un bebé provoca también una hecatombe en el modo de entender la vida, y el grupo de amigas es esencial para ayudar o deliciosamente terminar de hundir. En un divertido cruce entre Revolutionary Road, la serie Girls o una cosmopolita y hipster La semilla del diablo, Drake propone varios personajes-tipo (¿acaso no lo somos todas?) de amigas que tienen en la cabeza ser madre, y cuya gesta irá más allá de cambiar un par de pañales. La antisistema que no quiere tener hijos, la bióloga que lo desea a toda costa, la que lo fue muy pronto y ahora lucha contra una teenager o la novelista en pleno posparto, que con un poco de imaginación y par de retoques seguro que pueden mutar hacia nuestras muy reconocibles mejores amigas.

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Monica Drake (Michigan, 1967), protegida de Chuck Palahniuk y ganadora del Best Book 2007, debutó con «The Clown Girl», una novela sobre la diatriba permanente entre arte y dinero, entre sueños de grandeza en un pequeño pueblo, Baloneytown, donde las drogas, los globos de animales y los pollos de goma son su activo económico, un escrito bizarro de prejuicios y comedia negra.

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Más allá de la simple reflexión sobre el ser-o-no-ser (madre), «Amigas con hijos» plantea precisamente el papel del apoyo del rebaño de amigas ante ciertas situaciones. Si bien con la edad la claridad de entenderse como lo hacíamos de adolescentes parece perderse hasta el punto de llegar a dudar si realmente conocíamos a nuestras amigas, se abre todo un abanico de complejos sentimientos que si se controlan para que no abrumen, pueden salvarte la vida. Las mujeres no podríamos vivir sin estas mujeres, así que, ¿por qué no criar los hijos entre todas? En la novela «Tricot», de Ainhoa Rebolledo, se plantea la creación de «La liga de las mujeres extraordinarias», una especie comuna donde cuidarse unas a las otras. Siempre dejando el drama aparte, el papel de los padres se obvia en el libro de Drake y totalmente se supera en el de Rebolledo: no hacen falta.

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Con algunas debilidades narrativas, tomar «Amigas con hijos» de Monica Drake como un divertimento es lo mejor que puede pasar. Lo mejor, la traducción automática de lo que fue, podría ser y quizás será en nuestra pandilla de chicas, esa que hoy no se pone de acuerdo para elegir un bar para cenar y se manda felizmente a la mierda, pero que ante el apocalipsis no duda en cerrar filas y sacar los dientes.