Tenéis un runrún este fin de semana y no sabéis bien qué es…como cuando se te olvidan las gafas y las llevas puestas en la cabeza… ¿Será el partido de la Champions (ese ratico por el que la decaída TVE paga al año 35 millones de euros…¡tuyos también!)? ¿Será la pinchada del rey de la cumbia chicha Rolando Bruno en el Trémolo? ¿Clara Plath en Los Olmos? ¿Que tienes que ir a misa? Todo eso también, pero además el domingo 25 de mayo se celebran las elecciones europeas, una oportunidad para ejercer, como dicen nuestras amigas de Sangre, «la fiesta de la democracia». Pues ya os decimos que es una fiesta bien chunga.

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Entre un rebaño de candidatos ranciotes, viejales, machotes calvos y encorbatados (¡mira! ¡Cañete nos cuadra a la perfección!) que quieren vendernos una Europa plural y dinámica cuando lo más alternativo que llegan a hacer es pedirse el Veterano en vaso largo o corto, es muy difícil encontrar candidatas femeninas, y mucho más difícil que esas candidatas no huelan también a tufo.

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Una de las caras más conocidas en España es Elena Valenciano, propuesta por el PSOE, que ya ha sido protagonista con el anterior representante del PP, Arias Cañete, por una «agria polémica» en la que los medios y el bullicio de patio de colegio político han querido desatar al grito de «la inferioridad intelectual de la mujer». Tanto unos como otros hacen debate populista y aprovechado de lo que llaman «ideas machistas», aunque dudamos que en el fondo tengan idea de lo que están hablando. Los reclamos políticos de Valenciano son afines al desgastado partido socialista, y ha hecho de su bandera la defensa del aborto y la erradicación de la violencia de género. Tuiteando en tiempos revueltos. Pero no es que no confiemos en ella por gusto, sino por culpa del playlist que le dió por publicar en su blog en un arranque de modernismo, que la hizo ganarse un post en el mismísimo Jenesaispop: Serrat, los Beatles, el «Corazón Partío», la «Chica de Ayer» y otros hypes tan políticamente correctos que te hacen pensar que tu padre es más enrrollao.

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La única candidata a la presidencia europea la encontramos en el Partido Verde Europeo al que pertenecen los españoles EQUO e ICV, la alemana Ska Keller (el que podría ser el nombre más guay del mundo, ¡uno de los mejores estilos musicales + la cerveza más rica de Euskadi!). La joven de 33 años ha sido la más votada en las primarias de su partido y posee una formación impresionante (cursó estudios islámicos, turcos y judaicos en la Universidad Libre de Berlín y habla seis idiomas: alemán, inglés, francés, castellano, italiano y turco) defiende una Europa sin corrupción y más sostenible. Aunque los alemanes son muy green, conociendo su política conservadora no sabemos qué oportunidad le darán a una candidata tan diferente a la sargenta de hierro Merkel.

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En el otro extremo tenemos a la siempre divertida Marie Le Pen (cuyo padre, Jean Marie Le Pen, ha dicho recientemente que «el ébola podría solucionar en solo tres meses la explosión demográfica en África, arreglando así los problemas de inmigración en Europa«…¡claro que sí, hombre! Ni el remedio de beberse el pipí de Txumari Alfaro) candidata de la extrema derecha francesa. Le Pen es un filón para los periodistas, y sólo por las perlas que nos ofrece ya nos hace pasar un buen rato: «Estamos en el año cero del nacimiento de un gran movimiento patriótico» (en plan clan Templario), quiere «liberar a Francia de la globalización» (empezará por controlar las redes sociales…¡ah no! Eso lo estamos haciendo aquí) o comparó la ocupación ilegal de individuos de confesión musulmana del territorio nacional para rezar (lo cual está formalmente prohibido en Francia, ya que las leyes garantes de la laicidad impiden a todo ciudadano francés rezar en sitios públicos) a la ocupación de Francia por la Alemania Nazi. Para llevártela de cañas.

Imagen Proyección de la candidata con símbolos nazis en un concierto de Madonna. A la cantante le valió una denuncia de la política. ¿Creéis que le importó o seguirá haciendo sentadillas con el sample de Abba?

Amplia cartera de opciones tenemos, aunque todo nos huele a same old shit. La única política que nos convence es la de los Lendakaris Muertos: «Izquieda! Tú no eres de izquierdas/ Derecha! Tampoco de derechas/ De centro! Tú eres de centro comercial, anormal»