Año 2017. Un autobús se pasea por el centro de Madrid a modo publicitario con un rótulo que reza: «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen». Por si no te ha quedado claro, te repiten: «Si naces hombre, eres hombreSi eres mujer, seguirás siéndolo». Año 2017. La ideaca parte de nada menos que la plataforma HarzteOir.org, organización «pro-vida y en defensa de la familia» que se ha equivocado de siglo y ha cambiado las antorchas inquisidoras por los hashtags descerebrados. Pero su aparición no es fruto de un puñado de desequilibrados (que también), sino fiel reflejo de una sociedad española, tan dura de roer en los temas que implican sexualidad, educación y tolerancia. Negar los derechos LGTB y trans como si no existieran o fueran producto de una moda pasajera no hace más que evidenciar la difícil enfermedad a la que nos enfrentamos hoy, 2017: la intolerancia. Por eso es necesario más que nunca el trabajo de personas como nuestras invitadas de hoy.  Ellas son Las Monstruas, una compañía de teatro made in Murcia que ha puesto el foco en aquellos que más sufren de esta epidemia y sus duras consecuencias: niños y adolescentes que batallan sus luchas internas, más arduas si cabe en un entorno que no les acepta. El próximo 3 de marzo que presentan su espectáculo «Donde viven lxs monstruxs» en la ciudad y su directora, Inés Muñoz, charla con nosotras sobre teatro y vida.

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Las Monstruas es una compañía de teatro compuesta por  Inés Muñoz, directora, y Andrea Martínez, Iris Gutiérrez Prieto, María Sánchez Sánchez, Lorena López Santos y Celia Aragón Amante, actrices, que surge en 2016 a partir de un trabajo para la asignatura de Taller de Contemporáneo en la Esad de Murcia. Era  “Donde viven lxs Monstruxs”, una pieza que tomaba de referencia el cuento de Maurice Sendak “Donde viven los monstruos”, algunos textos de Angélica Liddell y propios, y sobre todo testimonios reales. El resultado fue tan emocionante que no querían que quedara en una simple tarea, y decidieron sacarla de las clases y presentarla a festivales como el Creamurcia, donde obtuvieron el 2ª Premio. “Donde viven lxs Monstruos” es una obra divertida e intensa que trata los conflictos con la identidad de género con una propuesta diferente. «Hay una evidente influencia estética queer, proveniente del cine de temática Lgtb tipo “Priscilla, la reina del desierto”, “Wong Foo” o algunos pasajes del cine de Almodóvar. Queríamos empaparnos de ese “ambiente” para distanciar la historia de su dramatismo inherente y envolverlo en algo lúdico-festivo, creativo y divertido.» 

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El humor y el amor con armas contra el odio. ¿Cómo surge la idea de llevar al teatro este tema? «El punto de partida fue la lectura del cuento de Maurice Sendak y la clara relación que observamos entre éste y la gran cantidad de noticias que estaban saliendo en ese momento (y que continúan) de niños y jóvenes que se suicidaban ante situaciones de rechazo (y acoso), en las escuelas y/o sus propios entornos familiares, por una cuestión de identidad de género. Para crear la obra partimos en gran medida de testimonios reales, documentales y cartas de niños que habían comenzado la transición o lo estaban intentando frente a toda una serie de inconvenientes tanto médicos, o farmacéuticos (por todo el tema hormonal, los efectos secundarios, operaciones, etc) como familiares o circunstanciales (rechazo de los propios familiares, psicólogos, instituciones escolares, religiosas, etc). El objetivo de la asignatura Taller de Contemporáneo es crear una pieza que no parta de un texto dramático escrito previamente y nos pareció la excusa perfecta para tratar este tema siguiendo un poco la estructura básica del cuento: un niño frustrado que proyecta sus emociones en forma de monstruos en un mundo interior que crece en su habitación.»

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Sin embargo las influencias y el trabajo detrás de la obra beben de diferentes fuentes. «Si tomamos como “obra teatral al uso” la que parte de un texto dramático, ésta no lo sería tal cual. Hay personajes, hay una historia, pero no sigue exactamente las pautas de un drama al uso, además el texto es una especie de collage, se juega con la ruptura de la cuarta pared, el movimiento escénico tiene un papel importante, etc. A nosotras nos recuerda un poco a la película “El laberinto del Fauno” o también el cuento de “Alicia en el país de las maravillas”, en el sentido de que tiene una doble realidad, por una parte una situación realista, que es la del niño que se encierra en su habitación y que está sufriendo rechazo de su entorno, y por otra parte una realidad más imaginativa, grotesca, a la que escapa, que es la de su mundo interior, el país de los monstruos, llena de purpurina, canciones, proyecciones, vestuario extravagante, etc. También estamos muy influenciadas por algunas personas cercanas al ambiente lgtb reales, tanto de nuestra generación, a los que seguimos por redes sociales, como de otras, que han sido todo un símbolo en la sociedad, como La Veneno, Bimba Bosé, Alaska». 

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«Donde viven lxs monstruxs» refleja una sociedad que no todos quieren ver, y es precisamente ese rechazo lo que está creando un sufrimiento innecesario, sobre todo entre los más jóvenes. Muñoz nos cuenta que, investigando sobre el tema, encontraron de todo. «Descubrimos casos en los que se había tratado el tema con mucha naturalidad y apoyo y otros en los que no. De estos últimos algunos terminaron en suicidio y de ahí nos surgió una pregunta en relación al cuento: ¿Qué pasa cuando no se regresa del país de los monstruos? Estos niños o jóvenes a los que desde le exterior se les prohíbe expresarse conforme a su identidad parece que sienten que el mundo en el que viven no está hecho para ellos, es una especie de desamparo brutal y o huyen, o se construyen realidades imaginarias en las que puedan ser ellos mismos, o intentan obedecer y reprimirse o al final, cuando no pueden más, se piran, se autolesionan o se suicidan. Son un poco “suicidados de la sociedad”. Seguimos a algunos jóvenes por redes sociales que han expuesto sus transiciones y que están visibilizando la situación con normalidad, así como asociaciones, colectivos.»

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Pero, ¿acaso no hemos avanzado nada? «También en nuestra generación creemos que un poco está instalándose una especie de “muerte al género”, de expresión libre, sin tabúes, de la sexualidad, de la identidad de género, de la estética, abandonando etiquetas de “lo femenino” o “lo masculino”, que cada uno viva y se exprese con libertad en todos los niveles. De ahí vino también la decisión de que en el título pusiera “lxs monstruxs”, para dejar esa x sin despejar, que cada uno se autodefina como quiera. Pero es cierto que hay viejos muros que están todavía por caer y que desde ciertas instituciones se está favoreciendo el odio y la incomprensión. En Murcia hace poco la Ucam apoyó un manifiesto contra “la dictadura de la ideología de género”, alertando de que los colectivos lgtb tratan de imponer leyes totalitarias que amenazan la libertad de España. En fin. Pero en algunas comunidades y colegios e institutos sí se están tomando medidas y a nivel educativo y pedagógico esos progresos cuentan en la construcción de una sociedad más tolerante. En Valencia hace poco se aprobó que los niños en el colegio elijan el nombre por el que quieren ser llamados, por ejemplo». 

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Las Monstruas no son solo valientes a la hora de exponer nuevas temáticas en las disciplinas escénicas, ¡es que han elegido este medio como forma de vida! El teatro se mantiene tímidamente entre los espectadores como la opción favorita de las tablas por encima de la danza, la ópera o la zarzuela, pero su estancamiento en 2016 con respecto a otros años es notable. (SGAE). Las opciones alternativas son las salida al sector, si bien no del todo económica, bien de creatividad (los Mini Teatros de Barcelona,  el Teatro Efímero de Madrid, etc), pero no es suficiente, al menos, en nuestra región. «Por lo que vemos a nuestro alrededor y el contacto con la gente de teatro de la región, hay un montón de grupos que están haciendo cosas más experimentales, multidisciplinares o alternativas a lo que es el teatro más tradicional. Falta apoyo a esa diversidad, hay espacios y festivales cuyas propuestas van más en esta línea pero, con la cantidad de grupos y artistas que hay y que van saliendo de la Escuela de Arte Dramático, tendría que haber muchos más. En otros países, ciudades como Murcia tendrían muchos más teatros, mucha más variedad, mucha más afluencia y por consecuencia, mayor accesibilidad (en cuanto a precio, nivel cultural, programación). Lo hemos visto en otras ciudades europeas. Lo que ocurre es que cuando se menosprecia la cultura y no existe esa tradición, crearla de cero en adultos desinteresados cuando además la situación económica es la que es… es inviable. La inexistencia de una figura jurídica apropiada para la especificidad de las artes escénicas obliga a una situación de precariedad constante. Y el 21% de iva es la más clara muestra del afecto que profesa la administración por el arte y la cultura. Pero nosotras y los grupos que conocemos seguimos ahí, haciendo lo nuestro e intentando cambiar algunas cosas». 

El teatro sigue vivo, pero depende de un trabajo inconmensurable, como todas las artes, y la disposición a cooperar entre similares para crecer. «Solemos colaborar con otros colectivos y compañías, de hecho casi todas tenemos varios proyectos a la vez o estamos desarrollando otras competencias además de la dirección o la interpretación escénica porque lo que está claro es que cuanto más autosuficiente seas en este ámbito, mejor, porque no puedes esperar que te faciliten el camino». ¿Y los ejemplos a seguir, las vías de inspiración en el trabajo como compañía? «A nivel nacional, algunas compañías que nos inspiran son Obskené, El Conde de Torrefiel, Rodrigo García y Angélica Liddell (que trabajan sobretodo en el extranjero, por culpa de la situación que tenemos aquí). Y de la región recomendaríamos a muchos grupos… Teatro Toska, Traspasarte Teatro, Ayeklawn, Teatro Pequeño, La Bohemia, Artefímera, Willy Producciones y muchos otros».

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Cartel de su próxima actuación en Murcia este viernes 3.

Mientras el autobús del odio se pasea impunemente por nuestro país, Las Monstruas contraatacan con más proyectos reivindicativos y salvajes, con propuestas que cambien la estrechez de miras por diversión y reflexión. «A corto plazo el objetivo es ir creciendo como compañía, mantenernos, llegar a un público más amplio, desarrollar y mover esta pieza. Paralelamente estamos empezando una nueva obra, basada en un texto de Sarah Kane, en la que queremos explotar más la estética purpurina que un poco nos guió en “Donde viven lxs Monstruxs” pero orientándola esta vez a un ambiente trash y disgusting, envoltorio de una historia de amor y violencia extremas. Se llama “Limpios no, limpitos” y se estrenará en junio de este año en la Escuela Superior de Arte Dramático». En Murcia podremos ver «Donde viven lxs monstruxs» el próximo 3 de marzo en el Espacio Patente («después de la función, coloquio y vinito», anuncian) y también en el festival conerótica que se realizará el 17 y 18 de Marzo en la Sala Musik.

*Todas las fotos cortesía y propiedad de Las Monstruas.