Hay muchas maneras de sobrellevar la pérdida de un ser querido. Nuestra cultura más lorquiana nos ha contado durante años que expresar el dolor no es una opción, que el recogimiento, la soledad y el sufrimiento deben ser propios y oscuros. Pero ¿qué pasaría si en los momentos más duros optáramos canturrear, levemente y a lo Monty Python, «Always Look on the Bright Side of Life«? Mónica Martínez sabe lo que es perder a alguien, pero también se planteó su concepción de la muerte hasta ahora. Y ahora las cosas han cambiado.

WEB ALONSO

Mónica Martínez Vicente (Murcia, 1979) es una joven arquitecta enamorada de su profesión. Estudió en Valencia pero sus intereses iban más allá de lo dogmático. «Me sentía tremendamente atraída  por el mundo del  Arte,  la combinación entre la Técnica y  las Humanidades, la fase de ideación y la fase ejecución, lo ideal y lo real… El hecho creativo de imaginar espacios y objetos que después puedan ser vividos y usados por lo demás, era una de las ideas que más me fascinaban. En los viajes culturales es donde conecto con la inspiración, visualizo otras perspectivas y me sirve de vía de autocrítica,  ¡Además que disfruto personalmente muchísimo!«. Mónica es la prueba que solo haciendo las cosas con verdadera pasión se logra innovar y ser revolucionaria.

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Mónica Martínez.

Entonces llegó la pérdida. Pero dicen que en japonés, la palabra crisis se compone de las grafías «peligro» y «oportunidad», y nació Memoory. «Memoory surge tras una experiencia personal en la que decidí hacer por mi misma la lápida de un familiar. Había que renovarla y lo que existía alrededor era tan triste, gris, frío… que allí mismo el día de su despedida empecé a imaginarme otra tumba diferente más adaptada a su persona, sus gustos, su vida. Algo que lo imaginase a él contento. Ideé un árbol que evocaba su huerto de naranjos donde él era feliz, la sombra del naranjo en verde como símbolo de la continuación de su vida en nuestro recuerdo y una frase “bajo la sombra de mis naranjos” le haría compañía para siempre pues no le gustaba estar solo. Elegí un material más cambiante con el tiempo que reflejaba perfectamente su personalidad. Se generó un momento mágico entre nosotros. Esto nos ayudó a sentir alivio y reconfortados para afrontar esos duros momentos, además de que nos ha despertado el interés por ir a visitarlo más a menudo, se ha creado un vínculo más especial. Unos meses después volví a ser mamá y mientras cuidaba de mi segundo bebé me repetía estas cuestiones ¿existen más personas que quieran vivir esta experiencia de forma más positiva?¿dónde están? ¿cómo llego a ellas?«.

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“Bajo la sombra de mis naranjos”

Memoory se convirtió entonces en una oportunidad de crear algo grande. Mónica participaría entonces en el programa go2work de coworking promovido por EOI y el INFO de Murcia, y el proyecto empezó a tomar forma de empresa. «Desde Memoory  tangibilizo la estela que dejan las personas cuando se van en forma de lápidas, tanto físicas como virtuales  y  memoriales, que son actos de homenaje de reconocimiento público o íntimo, una despedida más humana,  más vitalista, que honre la vida y memoria de nuestros seres queridos. Creo un vínculo más personal y positivo con el recuerdo que ayude a los que se quedan a sentir alivio y reconfortados en esos duros momentos.»

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«A partir del “storytelling” personal que me transmiten  los familiares y amigos plasmo la “esencia de la persona”, sus momentos felices vividos, su vida, la estela que deja en nosotros. Elijo los materiales y comunicación que mejor se adapten a esos conceptos. Por ejemplo, he realizado una lápida para un apasionado del mar y el surf, una “caja de mar” construída en vidrio laminar  cuya inscripción simula una tabla de surf  con un epitafio “the ocean is my home” y como símbolo un sol troquelado por donde pasará y se proyectará la  luz del atardecer. Con el Memorial pretendo que las familias vivan una experiencia diferente del adiós donde lo principal es recordar de manera más positiva a las personas que ya no están y afirmar así que nos siguen importando, un homenaje a medida, único y especial. Puede ser un acto, una celebración, una fiesta, un viaje, una excursión, una reunión, un concierto, una entrega de un detalle-recuerdo, “un lo que sea pero juntos”,  adaptados a los gustos, vivencias, inquietudes incluso decoración sobre la persona.«

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Boceto de la «caja de mar».

No es fácil introducir estos conceptos en la cultura española. Mientras en la anglosajona es normal reunirse tras los entierros para comer algo y estar juntos o el Día de los Muertos es una auténtica celebración en Latinoamérica, en España hay ciertos tabúes alrededor de la muerte que son difíciles de romper. Sin embargo, cada vez son más personas que se dan cuenta que igual que se vive de otra manera, se debe hacer duelo de otra. Son plataformas como «Hasta siempre«, la empresa creada hace dos años por Arantxa García y que recoge «testamentos emocionales» en forma de vídeos que la persona fallecida deja a sus seres queridos, o «Phoenix«, en la que puedes preparar emails para enviar tras tu muerte. Memoory lidia con el espacio físico en los cementerios, pero también pretende formar parte de una nueva «cultura ante la pérdida». «Memoory.es tendrá un blog asociado con el que ir concienciando de las pequeñas cosas que podemos hacer para aliviar a quien ha perdido a un ser querido, ayuda efectiva. Por nuestra cultura o simplemente por  tradición no nos han hecho pensar en esta cuestión, es un tabú y por ello no sabemos reaccionar bien cuando nos toca vivir esta experiencia. El día que falleció un familiar, desolados, cuando volvíamos de depositarlo para siempre en su lecho, apareció una amiga con una “olla de pelotas”, nos dio la vida…y demostró que ese es el cariño verdadero. A estos gestos son los que me refiero, no un mensaje que diga “estoy aquí para lo que necesites”. Lo que necesito eres tú pero que salga de ti. ¡Aunque estemos mal nos cuesta pedir ayuda!».

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El proyecto Memoory es original y arriesgado, y conlleva un cuidado equilibrio entre empresa y emociones. Sin embargo Mónica se encuentra en el mejor momento para lanzarse. «Emprender es un acto de valentía pero en mi caso es la única salida para satisfacer mi lado profesional y mi parte emocional. Me siento feliz creando e imaginando productos y servicios que otros puedan necesitar y disfrutar aunque de momento mis números tiendan a mínimos. Es cierto que en el camino aparece mucha broza, hay que ir con el hacha afilada para ir apartándola, pero también te encuentras gente maja que se alegra y quiere ayudarte a que lo consigas«. ¿Y eso puede conseguirse en nuestra ciudad? «Precisamente en Murcia se está apostando mucho por fomentar la creación de empresas, desde instituciones y organizaciones asociadas a la empresa. Es el momento de aprovechar la oportunidad de los cambios, de las nuevas necesidades que se van demandando y agudizar el ingenio para capear el temporal con inteligencia. Es difícil, pero creo que no es imposible, así que al menos hay que intentarlo, ser perseverante y saber adaptarse a lo que vaya viniendo. El proyecto está teniendo buena aceptación y eso me está haciendo disfrutar mucho del proceso y visualizarme  más adelante consiguiendo crear algo bello y a la vez rentable«.

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La pasión por hacer de Memoory un referente hace que Mónica ya piense en diversificar productos, en ofrecer ideas nuevas. «Estoy en proceso de desarrollo de “lápidas virtuales” para aquellos que se incineran y sus cenizas las esparcen por el mundo, memoriales digitales para las generaciones que vivimos más pegadas a las tic, también quiero abarcar el  diseño de detalles personalizados como recuerdos físicos, diseño de recipientes para guardar cenizas….¡pienso que hay mucho que hacer!«. Quizás lo que ahora vemos extraño o extravagante, y que incluso pueda ofender a los más conservadores, sea un resquicio del pasado en pocos años. Porque si hemos aprendido que la vida no es solo sufrir, ¿por qué no dejar un consuelo, en forma de belleza, y por qué no, humor y diversión, en aquellos que nos dejan? «Uno de los objetivos a largo plazo es ir transformando la imagen tan dura e inerte de los cementerios, dotarlos de algo de vida y ¡por qué no, hacerlos más bonitos! Y  realizar despedidas menos dramáticas conectando con lo vivido, que no sean un  mero trámite que te hacen incluso pasarlo peor. ¡No podemos cambiar el final de la vida pero sí la forma de afrontarlo!«. 

*Todas las fotos propiedad de Mónica Martínez.