¿Cómo definir lo que nos hace sentir el arte? ¿Qué propulsa esta sensación? Nosotras rara vez sabemos explicarlo, sobre todo porque ni entendemos de teoría o de estudios sobre ello: sólo nos da un escalofrío y lo sabemos. Pero las dos autoras de hoy nos lo han provocado, con líneas simples y trazos rápidos, pero de esos que no te borran la sonrisa de la cara. Probablemente no tengan nada en común más allá de hacer de lo simple algo muy grande, y eso ya es mucho. Ellas son Elena Ti y Estefanía Clotti, separadas por medio mundo pero cuyas ilustraciones son como finos hilos con los que representar la realidad.
Gif de Estefanía Clotti.
Estefanía Clotti (1985) es de Argentina y allí estudió y trabaja. Formada en serigrafía, ilustración y con gran interés en las artes audiovisuales, ha coordinado el libro “Rosario para colorear” , un proyecto sociocultural en donde 17 artistas ilustraron su ciudad y participado en fanzines como con sus «1200 segundos». Sus dibujos reflejan una realidad onírica, un universo de naturaleza salvaje que animaliza al humano, que se vuelve volátil y flexible. Hay mucho color y exquisitez en los aparentes sencillos trazos de pintura y acuarela, que a veces hacen adivinar pequeños pueblos o solitarias mujeres bailarinas a las que no les importa mover las maracas por su cuenta. En resumen: vida.
Elena Ti es un pequeño misterio para nosotras, pues nuestras cutres pesquisas no nos han permitido conocer mucha información sobre ella, más allá de situarla en Granada por el amor artístico que le profesa en su obra. Lo que sí es seguro es nuestra admiración y fascinación por su trabajo, un auténtico retrato de la vida en la ciudad y una pasión por la música desmesurado, que se materializa por exquisitos dibujos hechos mientras algo sucede, y que reflejan la prisa, la vivacidad y la frescura de captar el momento. En su página podrás comprobar que también utiliza otros estilos como preciosos retratos con un realismo fotográfico, pero nosotras nos quedamos con los bocetos de trazos locuelos. Así, podemos ver su versión de la banda de Quique González en vivo en La Copera, a Ginah Brand o Trepát en Discos Bora Bora, a Eskorzo en los conciertos de Cervezas Alhambra o a transeúntes por las calles, clientes de cafeterías o el Darro en perspectiva. Un espectáculo que incluso más allá de la obra final, tiene su valor en el camino que recorre.
Autorretrato.